Poner las peras a 4
Es un deber ineludible de
cualquier gobierno y país civilizado el poder asegurar de manera permanente el
Estado de Derecho en todo su territorio, independiente de la condición
geográfica y/o, sociológica que este tenga. Usando para ello las distintas
unidades que la institucionalidad le provee y si no las tiene poder crearlas,
de modo que siempre se pueda dar una respuesta eficiente y oportuna a los
requerimientos y problemas del presente. Adicionalmente se debería también
tener la capacidad de anticipar y resolver estos aspectos con decisiones
regionales y locales.
Si bien el costo político
de actuar en determinados lugares, ya sea por su condición de pobreza,
naturaleza étnica, características sociológicas o por corresponder a un foco de
atención mediática, puede ser muy alto, mucho mas alto es no hacerlo, ya que la
sensación de abandono e impunidad que se genera en la gran mayoría de la
población del lugar, provoca incluso que la gente tienda a abandonar la zona,
con lo cual, quienes usan la violencia como herramienta, logran su objetivo.
Dilma Rouseff, gobernante
socialista del PT, no hace mucho ordenó el allanamiento masivo de las favelas
donde el crimen organizado se había enseñoreado, para así solucionar el grave
problema de la delincuencia de Brasil con miras al Mundial de Fútbol. En
materia de seguridad si no se actúa oportunamente, los costos de hacerlo se
elevan exponencialmente.
La cercanía, eficiencia y
pertinencia de poder intervenir como Estado, en este tipo de situaciones
conflictivas que se alargan y repiten en la historia, requiere crear
institucionalidad y unidades de acción rápida que le permitan a las distintas
reparticiones relacionadas, articularse eficientemente, mantener presencia y
conocimiento sobre el tema, así como desarrollar trabajo y análisis de
inteligencia y por ende, capacidad de anticipación.
Es básico asegurar, con
institucionalidad, la presencia de los medios adecuados de manera permanente en
el tiempo y no solo para atacar situaciones puntuales y después abandonar el
terreno. Sobretodo en temas que por su complejidad acompañan por largos
períodos a los estados. El desmantelamiento de equipos que en su tiempo fueron
eficaces, contribuye a retroceder décadas en el conocimiento, por la pérdida de
la experticia y la información clave que se debe cuidar como hueso santo.
Frente a nuestras instituciones siempre diseñadas desde el centro y para la
gran urbe, amerita pensar en una Escuela Multidisciplinaria y moderna de
Policía Rural y de Montaña, una Unidad de Intervención rápida, dotada con la
tecnología y elementos técnicos más modernos. Asimismo una institucionalidad de
integración de los distintos servicios en terreno asociados al sector rural
(Indap, Municipio, etc), que acompañe con gran cercanía y se nutra del
conocimiento adquirido por las demás unidades y servicios. Somos un país
agrícola, forestal y turístico, donde el sentirse seguro y cómodo en lo rural
es clave. Por lo tanto, se necesita institucionalidad integral y moderna que de
cuenta de los problemas y requerimientos de este tipo de geografía, naturaleza
y población. La empresa privada también puede apoyar con su cercanía,
conocimiento del terreno y agilidad, todo lo cual permite mejorar los procesos.
En resumen hay que meterle inteligencia al problema, exigir empoderamiento y
decisiones regionales, para luego diseñar soluciones aterrizadas a la realidad
local con los actores locales, que son los que mas conocen del tema.
El Libertador de Rancagua
Austral de Temuco (22 jul 2012)
Austral de Temuco (dic 2012)
Austral de Temuco (22 jul 2012)
Austral de Temuco (dic 2012)