martes, junio 22, 2004

Crimen y castigo

La denuncia del programa Contacto "Los 48 más buscados", permitió desnudar a los carteristas, estafadores y a los contrabandistas más peligrosos de la capital. Si a esto se suma el programa "En la mira" de Chilevisión, en su capitulo "asilos de la muerte", es posible constatar una positiva evolución del periodismo televisivo, cuyo compromiso con la ciudadanía y "los temas reales" crece cada vez más. Con un periodismo nacional de denuncia así, no queda mas que felicitarnos como país, ya que este tipo de prensa, no solo permite tener una mejor calidad de vida al combatir eficazmente la delincuencia, sino además consigue dar confianza a los ciudadanos para recuperar los espacios públicos que en las grandes ciudades a veces caen en manos de los maleantes.

Sin embargo, esta tarea asumida por la prensa con gran audacia frente a los enemigos de la sociedad, como son los delincuentes, puede servir de incentivo para que se pueda denunciar algún día, lo que nuestra clase política está olvidando permanentemente en materia de descentralización, democratización y equidad territorial, al no cumplir sus compromisos de campaña en su trabajo de gobernar, fiscalizar y legislar.

Como lo expresan distintas editoriales de diarios regionales cada cierto tiempo, en materia de desconcentración, el país no muestra avances relevantes. El Estado, definido como unitario, "sigue excesivamente centralizado y con graves problemas que se intentan resolver por la vía de concentrar en el centro del país el gasto público en grandes obras de infraestructura”, las cuales como es el caso del Transantiago, incluso muestran profundos errores de gestión.

La anticipada oposición al voto voluntario por parte de quienes se sienten muy cómodos en el poder, o el porque no se trabaja en la renovación del sistema político, en franco agotamiento y el cual desmotiva y lleva a la indiferencia de los habitantes de las regiones, son oportunidades para que la prensa en su rol fiscalizador investigue y exija las explicaciones del caso.

Diego J. Benavente Millán