Reordenamiento territorial
Hace prácticamente un año comentábamos en esta columna la
evidencia de la cero planificación en el
tramado urbano de los cerros de Valparaíso, que con el megaincendio, “dejaron y siguen dejando en evidencia una
serie de debilidades respecto a la ubicación de determinada infraestructura,
viviendas e incluso muchas veces poblaciones inorgánicas y campamentos.”
También comentábamos hace 15 años, en otra columna denominada “Catastrofe.plop”,
la “inusual crudeza” de los temporales que aquejaron en ese entonces a las
regiones del Sur. Abusamos con este recordatorio columnístico, para recordar lo
frágil de nuestra memoria colectiva que ahora enfrentada a los desastres del
norte, nuevamente queda en evidencia, el que no se aprende nada de los errores
del pasado, lo cual se demuestra al ver como se sigue construyendo “irresponsablemente
en antiguas zonas de inundación por crecidas de ríos o quebradas”.
El geógrafo experto en
desastres naturales y aluviones en zona desértica, Reinaldo Börgel, que desde
1949 viene estudiando sus comportamientos y variaciones, evaluó en un medio
electrónico nacional la catástrofe ocurrida con este “huayco” o aluvión
desértico. Su comentario, coincidiendo con lo ya expresado, resume lo que
ocurre en nuestro país, “como pasan 40 o 50 años sin lluvia, la gente va
construyendo sus casas sobre el lecho del río. Olvidan que en cinco décadas ahí
hubo un aluvión. No hay memoria colectiva. La ignorancia y especulación juegan
un papel importante en este tipo de catástrofes”.
Respecto al espacio de
ocurrencia es claro, “hay lugares que son privilegiados en desastres naturales,
y esta zona es una de ellas”. A la hora de sugerir soluciones, expresa que, “se
debiera considerar la construcción de badenes, una especie de puente en el
lecho del río, como se utilizaba antiguamente en la zona norte.” Estructuras, que
también se usan en las zonas cordilleranas de países como Suiza, por ejemplo y,
que son mucho más económicas que un puente y son de larga duración. Así como se
prestan para el rápido despeje del barro y los escombros con posterioridad al
aluvión, un puente por el contrario se transforma en un obstáculo que
generalmente sucumbe a los embates del huayco.
Börgel advierte que “si
no hay un reordenamiento del territorio, se van a volver a producir los mismos
hechos, probablemente, en unos meses o años más, ya que por factores del cambio
climático, desconocemos cuál será la frecuencia con la que se desarrollarán
estos episodios”.
Recientemente un ex
director de la Onemi decía que como país no tenemos ni siquiera un Plan Nacional de Riesgos, una herramienta que
de existir, podría servir para empoderar en el monitoreo de potenciales riesgos
a cada localidad, comuna o territorio y que además permitiría tener un sistema descentralizado
eficiente de alerta temprana y de reacción oportuna frente a las catástrofes.
Conforme lo reitera
Börgel, “bastaría un buen análisis del comportamiento meteorológico de la alta
cordillera que considere la visión de los oceanógrafos, tomando en cuenta que
las variables del océano influyen directamente en el clima; expertos que se
aboquen a estudiar específicamente las variaciones del cambio climático, y
autoridades más informadas, para mitigar impacto.” Basta de lamentos, ahora hay
que ponerse a trabajar.
La Prensa Austral de Punta Arenas (03 abr 2015)
Austral de Temuco (05 abr 2015)
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