viernes, abril 10, 2015

Reordenamiento territorial

Hace prácticamente un año comentábamos en esta columna la evidencia  de la cero planificación en el tramado urbano de los cerros de Valparaíso, que con el megaincendio, “dejaron y siguen dejando en evidencia una serie de debilidades respecto a la ubicación de determinada infraestructura, viviendas e incluso muchas veces poblaciones inorgánicas y campamentos.” También comentábamos hace 15 años, en otra columna denominada “Catastrofe.plop”, la “inusual crudeza” de los temporales que aquejaron en ese entonces a las regiones del Sur. Abusamos con este recordatorio columnístico, para recordar lo frágil de nuestra memoria colectiva que ahora enfrentada a los desastres del norte, nuevamente queda en evidencia, el que no se aprende nada de los errores del pasado, lo cual se demuestra al ver como se sigue construyendo “irresponsablemente en antiguas zonas de inundación por crecidas de ríos o quebradas”.

El geógrafo experto en desastres naturales y aluviones en zona desértica, Reinaldo Börgel, que desde 1949 viene estudiando sus comportamientos y variaciones, evaluó en un medio electrónico nacional la catástrofe ocurrida con este “huayco” o aluvión desértico. Su comentario, coincidiendo con lo ya expresado, resume lo que ocurre en nuestro país, “como pasan 40 o 50 años sin lluvia, la gente va construyendo sus casas sobre el lecho del río. Olvidan que en cinco décadas ahí hubo un aluvión. No hay memoria colectiva. La ignorancia y especulación juegan un papel importante en este tipo de catástrofes”.

Respecto al espacio de ocurrencia es claro, “hay lugares que son privilegiados en desastres naturales, y esta zona es una de ellas”. A la hora de sugerir soluciones, expresa que, “se debiera considerar la construcción de badenes, una especie de puente en el lecho del río, como se utilizaba antiguamente en la zona norte.” Estructuras, que también se usan en las zonas cordilleranas de países como Suiza, por ejemplo y, que son mucho más económicas que un puente y son de larga duración. Así como se prestan para el rápido despeje del barro y los escombros con posterioridad al aluvión, un puente por el contrario se transforma en un obstáculo que generalmente sucumbe a los embates del huayco.

Börgel advierte que “si no hay un reordenamiento del territorio, se van a volver a producir los mismos hechos, probablemente, en unos meses o años más, ya que por factores del cambio climático, desconocemos cuál será la frecuencia con la que se desarrollarán estos episodios”.

Recientemente un ex director de la Onemi decía que como país no tenemos ni siquiera un  Plan Nacional de Riesgos, una herramienta que de existir, podría servir para empoderar en el monitoreo de potenciales riesgos a cada localidad, comuna o territorio y que además permitiría tener un sistema descentralizado eficiente de alerta temprana y de reacción oportuna frente a las catástrofes.

Conforme lo reitera Börgel, “bastaría un buen análisis del comportamiento meteorológico de la alta cordillera que considere la visión de los oceanógrafos, tomando en cuenta que las variables del océano influyen directamente en el clima; expertos que se aboquen a estudiar específicamente las variaciones del cambio climático, y autoridades más informadas, para mitigar impacto.” Basta de lamentos, ahora hay que ponerse a trabajar.


El Centro de Talca
La Prensa Austral de Punta Arenas (03 abr 2015)
Austral de Temuco (05 abr 2015)