martes, mayo 24, 2005

Desigualdades

En esta campaña presidencial el tema de la desigualdad ha cobrado renovado interés, apreciandose a los distintos candidatos disputándose los primeros planos televisivos para dar a conocer sus aportes. La política light ha copado el ambiente, ratificando lo clave que resulta la exposición mediatica, especialmente en el mercado metropolitano. El que no existan líderes elegidos a cargo de los territorios que pudieran ser la base para generar gobernantes con experiencia política de país real y diverso, no sólo contribuye a centralizar el país, también impide aprovechar el gran potencial de la gente de regiones y por ende, representa una gran desigualdad.

La reciente tragedia de Antuco, nos ha dolido a todos en lo más profundo del alma, en especial a quienes hemos sido conscripto. Al escuchar en las noticias a un padre desesperado, decir: “estan muertos todos los pelaos”, sabiendo las condiciones en que iban, duele mucho. El que estos jóvenes, que en su gran mayoría provienen de las familias más pobres del campo o de las poblaciones más modestas, corrieran esta suerte, mientras quienes les dieron la orden de marchar, se salvaban, es otra tremenda desigualdad. La cual se agrava cuando uno analiza la modalidad del servicio obligatorio, donde los hijos de los que tienen un mejor pasar logran sacarselo, algunos por estudios, entre ellos mi hijo.

Si alguna vez queremos llegar a ser un país mas justo y equitativo, es necesario iniciar el camino para poder superar las distintas desigualdades que abundan en nuestra sociedad. No es posible que los costos los paguen siempre los mismos y los beneficios se concentren en los que mas tienen. Para lograr esto es necesario que quienes nos gobiernan conozcan las distintas realidades territoriales, por la vía de una sana competencia democrática. Así los mejores políticos con arraigo territorial podrán ser valorados y elegidos por sus comunidades regionales primero y luego quien sabe. Esto sin duda, pasa por creernos el cuento nosotros mismos.