Lamarca marca

(Austral Temuco)

Con motivo del último encuentro empresarial Enela 2005 un grupo de dirigentes empresariales, organizadores y patrocinadores, cenaron el día antes con varios de los relatores y panelistas del evento, que reune a los empresarios del sur de Chile. Dentro de este grupo había gran expectación por lo que pudiera expresar Felipe Lamarca, quien ya había marcado la agenda pública durante el último mes con el tema de la desigualdad y la concentración económica.

Cuando le correspondió hablar se explayó criticamente frente al proceso de regionalización. Desafiando al grupo local se manifestó impresionado por lo sumisas que son las regiones. Para él, la descentralización y las regiones prácticamente “valen callampa” y la única manera de remediar esto, es que su gente se rebele y dejen de aguantar, por ejemplo candidatos afuerinos. Como conclusión se preguntaba, ¿esto de la democracia es verdad o es un chiste? Según Lamarca “se pueden hacer muchas cosas pero sino hay voluntad política no se avanza, llevamos más de 30 años de regionalización y no hemos avanzado nada”.

En su intervención en Enela muchos esperaban que se pudiera referir con fuerza a la regionalización frustrada, sin embargo no lo hizo, como lo escribió un regionalista amigo, su alocución se pareció más a la predica de un pastor a su grey. En todo caso, la conclusión principal que se puede extraer de todo esto, es que para salir de esta desmejorada condición de territorios postergados, solo dependemos de nosotros y si hay o no líderes nacionales jugados por un país más armónico, es otro cuento. No se puede postergar el poder rentabilizar políticamente el activo de estar juntos como territorio para salir adelante asociados a las demás regiones.

Como lo decía esa noche Lamarca, aquí en La Araucanía se ve gente con iniciativa y con ganas, es nuestra oportunidad el poder aprovechar esta especial condición para lograr hacer avanzar un proceso descentralizador con actores regionales mas decididos y desafiantes.

Territorializar el modelo

(Austral Temuco)

El impacto generado por los dichos de Felipe Lamarca, en orden a poder perfeccionar el modelo, ha generado un debate muy interesante sobre los próximos desafíos que debiera enfrentar el país, frente a la elección presidencial ad portas. En este sentido, más que cambiar el modelo, como algunos creen entender en las palabras de Lamarca, o combatir la desigualdad, es necesario atacar y terminar con la pobreza.

Para implantar esta misión como prioritaria, se requiere la complicidad y el involucramiento a concho de la elites, si antes lo fue defender el modelo, como lo expresa Tironi, hoy hay que humanizarlo, territorializarlo, hacerlo de todos, de modo que sea y se sienta, fundamentalmente mas equitativo.

Para llevar adelante esta vital transformación nacional, como lo expresa el economista Rafael Bergoeing, hay que reducir y desactivar el poder de los grupos de interes, asentados generalmente en la capital, que capturan al gobierno y consiguen políticas para su propio beneficio en desmedro del resto del pais.

Sin duda Chile tiene una deuda de equidad con sus territorios de más de medio siglo en distintos ambitos. Perfeccionar el modelo es territorializarlo, es creer y confiar en la gente de regiones. En resumen, se necesita aumentar la eficiencia y pertinencia en el uso de los recursos productivos tanto publicos como del mundo privado, buscando que el “gobernar con todos” sea una realidad. En dos palabras, territorializar el modelo y confiar en la gente, significa que puedan elegir a sus intendentes y que puedan existir incentivos tributarios para que nazcan efectivas alianzas estrategicas de los distintos territorios con grupos empresariales, hoy desvinculados y sin ningún arraigo regional, para que aporten ideas, recursos y gestión de sus equipos profesionales. Un ejemplo, es lo que ha estado haciendo Carlos Cardoen en Sta. Cruz. Con esto se podrá generar una sana competencia entre regiones en pos del desarrollo territorial y, donde todos se sentiran importantes porque estarán aportando a un gran equipo nacional.