martes, marzo 29, 2005

No apure ganado flaco

(Austral Temuco)

Los últimos acontecimientos políticos en el país y en la región dan para reflexionar. Las campañas presidenciales teledirigidas desde la capital contemplan, en su etapa inicial, la de los compromisos que después no se cumplen, distintos ofertones para las regiones. Debates regionales que derivan en dialogos, así en la regionalista Concepción se realizará uno de los dos debates nacionales, al igual como todo cierre de campaña,. Asimismo cabe la pregunta, ¿de que le ha servido al regionalismo penquista y a la descentralización que dos de sus parlamentarios llegarán a ocupar la presidencia de la Cámara de Diputados?

He aqui la cuestión, mientras la política regional siga cediendo espacios a los líderes mediales de la capital o a los de regiones que les avivan la cueca, tendremos que seguir lamentándonos, mas aun si los seguimos votando. Por lo tanto, el desafío es crear una acción política regional potente, en base a la participación de una pleyade de líderes regionalistas, de esos que se la juegan con todo y viven con su familia en los territorios, desempeñandose en distintas actividades socioeconómicas del país real.

Para marcar diferencia desde un principio, en la construcción de este nuevo estilo de hacer política desde las regiones, la participación, la diversidad transversal y la construcción conjunta del ideario y visión para proyectar nuestro territorio, es vital. Forzar la marcha o apostar todas las fichas a una contienda electoral por ganar espacios en la carrera por el poder, puede provocar no solo decepciones sino además dar la sensación de que la política es sólo para ese fín. Muy por el contrario, una acción regionalista en primer término debe ser un lugar de encuentro distinto, donde se piense, converse y trabaje de manera sistemática y permanente por propuestas de desarrollo para la localidad, la región y el país. La “otra política”, interesada y figurona, ira desapareciendo a medida que en los territorios se den a conocer las diversas voces regionalistas.

martes, marzo 01, 2005

Observatorio Regionalista

(Austral Temuco)

El abordar la descentralización, no solo permite enfrentar el centralismo, también es clave para la consolidación de una plataforma político regionalista. Para solucionar el centralismo hay que aprender a conocerlo, para así controlarlo y algún día superarlo. En este enfoque un partido regionalista se transforma en un observatorio del tema, haciendo un seguimiento del proceso descentralizador, llevando la contabilidad de lo que significa para el país este flagelo. Para hacer visible lo que por años se ha mantenido escondido u oculto de la gran mayoría nacional. Un instrumento como este, permite tener los actores que la gente de regiones necesita para poder defenderse y ejercer sus derechos.

Además de llevar al detalle el proceso de descentralización, para asegurar los mejores resultados, se requiere asociar a la función fiscalizadora una oportuna difusión, denuncia y control, tanto en medios regionales, como nacionales, sobre el avance del tema, así como también de los compromisos políticos regionalizadores.

Al conocer bien este gran problema que nos aqueja, así como las causas y los responsables de que esto ocurra en nuestro país, se podrá también aquilatar la gravedad que adquiere el problema, si no se hace nada al respecto. Sin embargo, hay que ser realistas a la hora de planificar los escenarios, ya que el aglutinar las fuerzas regionalistas, consensuar los caminos y por último iniciar la implementación de una plataforma política regional, de real peso a nivel nacional, representa una tarea de largo aliento, ardua y dura que requiere de persistencia y gran paciencia, para no desfallecer en el intento. Pero lo que en ningún caso se puede hacer, es seguir dandose el lujo de empezar una y otra vez, olvidando lo que otros empezaron o han hecho. En resumen, para lograr esta meta, es necesario ser perseverantes, sistemáticos, convocantes y tener un tremendo espíritu de sacrificio, ya que serán muchos los que se requerirán para construir algún día, más pronto que tarde, el edificio de la patria justa.