viernes, julio 26, 2013

Cascabel al gato

Sin duda los encapuchados son un problema que se ha instalado a punta de molotov y destrucción de la propiedad pública, ensuciando las protestas, marchas y manifestaciones que, por mucha legitimidad que tengan, se ven desvirtuadas por este factor que las contamina.

¿Es responsabilidad de los organizadores poder velar el que no participen los encapuchados? Algunos o la gran mayoría podrá estar de acuerdo con esto, otros que ideológicamente son más permisivos, con este tipo de conductas, le achacan a la autoridad la función exclusiva de evitar este tipo de interferencias. En concreto, esta es una tarea de toda la sociedad, pero cuando la cosa es tan difusa, nunca funciona bien, ya que generalmente se deslindan las responsabilidades frente al tema.

Una forma de delimitar el tema, sugerida por un economista que funciona en base a incentivos y castigos, sería instaurar el procedimiento de fijar una Boleta de Garantía que asegure poder cubrir los eventuales daños que se ocasionen durante la marcha o manifestación. Esta la debieran entregar anticipadamente las organizaciones responsables de la marcha o aquellos líderes que la avalan o convocan. Habiendo ocurrido destrozos en el pasado reciente, la autoridad debiera ser drástica en conseguir que mientras nadie se ponga con aquello no habrá permiso. En cualquier caso donde existan dudas, siempre se debiera facilitar algún parque, recorrido u área que no represente una amenaza para la comunidad que habita esos lugares y donde el riesgo de dañar la infraestructura u equipamiento sea bajo. Por lo general, como los que pagan son todos los chilenos, es decir paga Moya, las autoridades del área metropolitana y de cualquier signo, siguen dando permisos irresponsablemente. Así el lema imperante, parece seguir siendo, metale peñascazos y eche abajo cuanto semáforo se cruce en el trayecto de la marcha.

Alguien tendrá que ser el primero en poner las peras a cuatro, tomar el toro por las astas o ponerle el cascabel al gato. Hay distintas formas de abordar el problema de manera transversal, una es de corto plazo con una actitud muy restrictiva de parte de la autoridad y otra es de mediano o largo plazo, que es educar a la juventud desde la temprana infancia. En la primera alternativa, el Gobierno que sea, debe asumir su responsabilidad de una vez por todas, si no hay permiso para marchas al menos saldrán solo los malandras y será mas fácil atraparlos e identificarlos.

En la segunda alternativa, la sociedad encabezada por la autoridad, debe empezar a intervenir vía educación cívica para que se valore el equipamiento publico y lo que este nos cuesta y sirve a todos. Así como también, aprender a valorar lo necesario que es el vivir en sociedad sin violentar o pasar por encima de los derechos del vecino. Que generalmente, si cumple todas las reglas y paga sus impuestos y además los daños cuando el Estado se lo requiere.


Si uno compara con procesos vividos en épocas pasadas, por mucho menos se empezó a perder el respeto por la democracia en tiempos de Frei Montalva, con violencia verbal y luego callejera, barricadas con llamas cada vez mas seguidas. Con autoridades y lideres políticos que renunciaban, unos a ejercer el poder de sancionarla e impedirla actuando preventivamente y otros, a deslegitimarla. De ahí, a que una sociedad le pierda el respeto a una sana convivencia, hay un solo paso. Evitarlo es la tarea de todos, pero siempre la responsabilidad mayor, será de aquellos líderes que saben asumir un liderazgo ejemplarizador. Los mismos que son capaces de construir un país, entre todos.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (20 jul 2013)
El Centro de Talca (02 ago 2013)
Austral de Temuco (04 ago 2013)

viernes, julio 12, 2013

Es el colmo

Los chilenos en esta primaria presidencial, votaron entre otras razones, primero por la novedad, somos si se puede decir así, una nación de curiosos, segundo, en un país muy institucional, como lo es Chile, existe una mayoría de ciudadanos de gran predisposición cívica, de hecho a Pinochet, se le derrotó con una mayoría de votos, no con los fusiles, como algunos postulaban.

Sin embargo, lo anterior no implica que a los chilenos se nos pueda vender cualquier pomada político-electoral, menos a los de regiones que ya estan hasta la coronilla con enjuagues y cambulloneos, donde por lo general terminan como perdedores. Esto, porque se les considera de segunda o tercera categoría a la hora de elegir candidatos, así como tampoco se les permite, por ejemplo, poder elegir a su líder territorial como lo es el intendente regional. En buena hora este 17 de noviembre elegiremos por primera vez en la historia a los consejeros regionales, un punto para el gobierno.

Al inicio de la semana una alianza transversal de la cúpula RN con la Concertación, le anunciaron al país que tenían una acuerdo para reformar el sistema Binominal, ese maldito engendro según algunos y para otros, un especial instrumento para dar estabilidad política al país.

La propuesta consiste básicamente, en que se aumenta el número de senadores de 38 a 48, el aumento corresponde a 2 de la región de Arica y Parinacota, que aun no los elegía, porque la transaca no se lo permitía. Pero curiosamente, estos se seguirán eligiendo por el sistema binominal, en cambio los 8 restantes del aumento, serán elegidos en votación nacional. Una medida como anillo al dedo para todos aquellos “rostros nacionales” que no han sido capaces o no se han atrevido a postular a ser elegidos como afuerinos, porque los electores de regiones ya están cabreados. Entonces que mejor que inventar una elección nacional donde ya se sabe, solo podrán ser elegidos los que tienen exhibición pública en la tribuna capitalina. Una vez más los de regiones, dicho de una manera diplomática, perdieron como en la guerra.

A nivel de la Cámara de Diputados, esta se aumenta a 150 diputados con sólo 28 distritos, reformulación de por medio y, se eligen bajo el sistema proporcional por listas con cifra repartidora entre 3 y 8 según población electoral de cada uno. Para variar un sistema que, al funcionar por medio de listas, privilegia nítidamente a los grandes conglomerados en desmedro de los independientes o de los partidos de regiones, que ni siquiera existen, ya que no se puede constituir un partido en una sola región.

En el Twitter, para Patricio Navia, la reforma al Binominal es un chiste o un bluff, es otro mecanismo para proteger al duopolio y temer menos competencia o para proteger a las vacas sagradas, como a su vez lo catalogó Jorge Schaulsohn, en la misma tribuna.

Esto es el colmo, ya basta de seguir con el característico compra huevos, con Escalona apernándose en la región del Bio Bio, porque en Los Lagos sonaba como guatapique o con Cruz Coke al aguaite por Coquimbo o Antofagasta. En lugar de amenazar con reformar el Binominal, se debería consensuar un reforma democrática concreta que descentralice de verdad el poder y por medio de la cual, se pueda incentivar el surgimiento de los partidos políticos y los liderazgos de regiones. La OCDE ya lo dijo, desarrollo territorial es la clave.

Para variar esto depende de la gente de regiones, no más candidatos afuerinos, no más imposiciones centralistas, es hora de que las regiones se empoderen de una vez por todas. La gente se está cabreando de que la sigan engrupiendo, es hora de pasar a la acción de verdad.


La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (13 jul 2013)
El Centro de Talca (19 jul 2013)
Austral de Temuco (21 jul 2013)

sábado, julio 06, 2013

Territorializar el modelo

En sus dichos y cuñas, cada cierto tiempo Felipe Lamarca, destaca la necesidad de poder descentralizar de verdad y a su vez, perfeccionar también el modelo, generando siempre un debate muy interesante sobre los desafíos que debe enfrentar el país. Esto lo hace, generalmente frente a las elecciones presidenciales, donde su mensaje adquiere mayor relevancia y atención mediatica. Más que cambiar el modelo, como algunos han creido entender en las palabras de Lamarca, o combatir la desigualdad, es necesario terminar con la pobreza. Recientemente, ha planteado tres reformas urgentes: el fin del sistema binominal -"para que entre aire fresco en la política"-; un tope de 16 años -"bien generoso"- a la permanencia de los parlamentarios y por último, intendentes elegidos en votación de sus regiones.

Para implantar esta misión como prioritaria, se requiere la complicidad y el involucramiento a concho de la elites, si antes lo fue defender el modelo, hoy hay que humanizarlo, territorializarlo, hacerlo de todos, de modo que sea y se sienta, fundamentalmente mas equitativo. Esas mismas elites que con su experiencia y perfeccionamiento profesional en el extranjero, ayudaron a cambiar la cara del país y sus empresas, como lo fue la influencia de la escuela de Chicago sobre la transformación de la economía nacional.

Pero también es cierto que estas mismas elites muy modernizadas tecnológica y profesionalmente, en nuestra sociedad, como sucede en gran parte de Latinoamérica, viven ensimismadas en la gran burbuja capitalina y poco y nada conocen del territorio regional. Lo cual se refleja en las palabras del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán, “que te compres un iPod no significa nada si sigues despreciando al indio”.

Estudiar o perfeccionarse en el extranjero y ser de lo más diestro en el uso de las últimas tecnologías, además de dominar el inglés en cualquier continente, no significa mucho, si no se es capaz de entender y desarrollar la diversidad territorial del país de uno, aplicando aunque sea el sentido comun de la equidad.

Para llevar adelante esta vital transformación nacional, como lo expresan muchos, hay que reducir y desactivar el poder de los grupos de interes, asentados generalmente en la capital, que capturan al gobierno y consiguen políticas para su propio beneficio en desmedro del resto del país.


Sin duda Chile tiene una deuda de equidad con sus territorios de más de medio siglo en distintos ambitos. Perfeccionar el modelo es territorializarlo, es creer y confiar en la gente de regiones. En resumen, se necesita aumentar la eficiencia y pertinencia en el uso de los recursos productivos tanto públicos como del mundo privado, buscando que el “gobernar con todos” sea una realidad. En dos palabras, territorializar el modelo y confiar en la gente, significa que puedan elegir a sus intendentes, como lo expresa Lamarca y que puedan existir incentivos tributarios para que nazcan efectivas alianzas estratégicas de los distintos territorios con grupos empresariales, hoy desvinculados y sin ningún arraigo regional, para que aporten ideas, recursos y gestión de sus equipos profesionales. Un ejemplo de lo que se puede llegar a lograr, es lo que ha estado haciendo Carlos Cardoen en Sta. Cruz. Con una cadena sin fin de esfuerzos compartidos de este tipo, se podrá generar una sana competencia entre regiones en pos del desarrollo territorial. Así algún día todos, sin importar donde se viva, se sentirán importantes porque estarán aportando a un gran equipo nacional.

El Libertador de Rancagua