Territorializar el modelo
En sus dichos y cuñas,
cada cierto tiempo Felipe Lamarca, destaca la necesidad de poder descentralizar
de verdad y a su vez, perfeccionar también el modelo, generando siempre un
debate muy interesante sobre los desafíos que debe enfrentar el país. Esto lo
hace, generalmente frente a las elecciones presidenciales, donde su mensaje
adquiere mayor relevancia y atención mediatica. Más que cambiar el modelo, como
algunos han creido entender en las palabras de Lamarca, o combatir la desigualdad,
es necesario terminar con la pobreza. Recientemente, ha planteado tres reformas urgentes: el fin del sistema binominal
-"para que entre aire fresco en la política"-; un tope de 16 años
-"bien generoso"- a la permanencia de los parlamentarios y por
último, intendentes elegidos en votación de sus regiones.
Para implantar esta
misión como prioritaria, se requiere la complicidad y el involucramiento a
concho de la elites, si antes lo fue defender el modelo, hoy hay que
humanizarlo, territorializarlo, hacerlo de todos, de modo que sea y se sienta,
fundamentalmente mas equitativo. Esas mismas elites que con su experiencia y
perfeccionamiento profesional en el extranjero, ayudaron a cambiar la cara del
país y sus empresas, como lo fue la influencia de la escuela de Chicago sobre
la transformación de la economía nacional.
Pero también es cierto
que estas mismas elites muy modernizadas tecnológica y profesionalmente, en
nuestra sociedad, como sucede en gran parte de Latinoamérica, viven
ensimismadas en la gran burbuja capitalina y poco y nada conocen del territorio
regional. Lo cual se refleja en las palabras del escritor boliviano Edmundo Paz
Soldán, “que te compres un iPod no significa nada si sigues despreciando al
indio”.
Estudiar o
perfeccionarse en el extranjero y ser de lo más diestro en el uso de las
últimas tecnologías, además de dominar el inglés en cualquier continente, no
significa mucho, si no se es capaz de entender y desarrollar la diversidad
territorial del país de uno, aplicando aunque sea el sentido comun de la
equidad.
Para llevar adelante
esta vital transformación nacional, como lo expresan muchos, hay que reducir y
desactivar el poder de los grupos de interes, asentados generalmente en la
capital, que capturan al gobierno y consiguen políticas para su propio
beneficio en desmedro del resto del país.
Sin duda Chile tiene una
deuda de equidad con sus territorios de más de medio siglo en distintos
ambitos. Perfeccionar el modelo es territorializarlo, es creer y confiar en la
gente de regiones. En resumen, se necesita aumentar la eficiencia y
pertinencia en el uso de los recursos productivos tanto públicos como del mundo
privado, buscando que el “gobernar con todos” sea una realidad. En dos
palabras, territorializar el modelo y confiar en la gente, significa que puedan
elegir a sus intendentes, como lo expresa Lamarca y que puedan existir
incentivos tributarios para que nazcan efectivas alianzas estratégicas de los
distintos territorios con grupos empresariales, hoy desvinculados y sin ningún
arraigo regional, para que aporten ideas, recursos y gestión de sus equipos
profesionales. Un ejemplo de lo que se puede llegar a lograr, es lo que ha
estado haciendo Carlos Cardoen en Sta. Cruz. Con una cadena sin fin de
esfuerzos compartidos de este tipo, se podrá generar una sana competencia entre
regiones en pos del desarrollo territorial. Así algún día todos, sin importar
donde se viva, se sentirán importantes porque estarán aportando a un gran
equipo nacional.
El Libertador de Rancagua
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