sábado, julio 06, 2013

Territorializar el modelo

En sus dichos y cuñas, cada cierto tiempo Felipe Lamarca, destaca la necesidad de poder descentralizar de verdad y a su vez, perfeccionar también el modelo, generando siempre un debate muy interesante sobre los desafíos que debe enfrentar el país. Esto lo hace, generalmente frente a las elecciones presidenciales, donde su mensaje adquiere mayor relevancia y atención mediatica. Más que cambiar el modelo, como algunos han creido entender en las palabras de Lamarca, o combatir la desigualdad, es necesario terminar con la pobreza. Recientemente, ha planteado tres reformas urgentes: el fin del sistema binominal -"para que entre aire fresco en la política"-; un tope de 16 años -"bien generoso"- a la permanencia de los parlamentarios y por último, intendentes elegidos en votación de sus regiones.

Para implantar esta misión como prioritaria, se requiere la complicidad y el involucramiento a concho de la elites, si antes lo fue defender el modelo, hoy hay que humanizarlo, territorializarlo, hacerlo de todos, de modo que sea y se sienta, fundamentalmente mas equitativo. Esas mismas elites que con su experiencia y perfeccionamiento profesional en el extranjero, ayudaron a cambiar la cara del país y sus empresas, como lo fue la influencia de la escuela de Chicago sobre la transformación de la economía nacional.

Pero también es cierto que estas mismas elites muy modernizadas tecnológica y profesionalmente, en nuestra sociedad, como sucede en gran parte de Latinoamérica, viven ensimismadas en la gran burbuja capitalina y poco y nada conocen del territorio regional. Lo cual se refleja en las palabras del escritor boliviano Edmundo Paz Soldán, “que te compres un iPod no significa nada si sigues despreciando al indio”.

Estudiar o perfeccionarse en el extranjero y ser de lo más diestro en el uso de las últimas tecnologías, además de dominar el inglés en cualquier continente, no significa mucho, si no se es capaz de entender y desarrollar la diversidad territorial del país de uno, aplicando aunque sea el sentido comun de la equidad.

Para llevar adelante esta vital transformación nacional, como lo expresan muchos, hay que reducir y desactivar el poder de los grupos de interes, asentados generalmente en la capital, que capturan al gobierno y consiguen políticas para su propio beneficio en desmedro del resto del país.


Sin duda Chile tiene una deuda de equidad con sus territorios de más de medio siglo en distintos ambitos. Perfeccionar el modelo es territorializarlo, es creer y confiar en la gente de regiones. En resumen, se necesita aumentar la eficiencia y pertinencia en el uso de los recursos productivos tanto públicos como del mundo privado, buscando que el “gobernar con todos” sea una realidad. En dos palabras, territorializar el modelo y confiar en la gente, significa que puedan elegir a sus intendentes, como lo expresa Lamarca y que puedan existir incentivos tributarios para que nazcan efectivas alianzas estratégicas de los distintos territorios con grupos empresariales, hoy desvinculados y sin ningún arraigo regional, para que aporten ideas, recursos y gestión de sus equipos profesionales. Un ejemplo de lo que se puede llegar a lograr, es lo que ha estado haciendo Carlos Cardoen en Sta. Cruz. Con una cadena sin fin de esfuerzos compartidos de este tipo, se podrá generar una sana competencia entre regiones en pos del desarrollo territorial. Así algún día todos, sin importar donde se viva, se sentirán importantes porque estarán aportando a un gran equipo nacional.

El Libertador de Rancagua