viernes, mayo 31, 2013

Puro calafateo

En algunos partidos, mas que en otros, hay distintas clases de candidatos, los de la realeza, clase alta o de las familias de raigambre en cada partido, son los que tienen el aura de la cuna elitista o el apoyo de los financistas. Después vienen los de origen capitalino popular y al final están los proleta de las regiones. Éstos, a la hora de la repartija quedan siempre a la cola. Algo así es lo que ocurre más o menos con las sillas musicales de candidatos al Senado y el baile de mascaras entre regiones y la Metropolitana. Para los más apitutados están reservadas las plataformas capitalinas, que permiten poder aspirar al trono máximo por obra y gracia de los que tienen la batuta. Algunos mágicamente se deslizan desde una postulación a una senaturía regional como afuerino, de un solo huascazo a una senaturía por Santiago. Otros, pese a ser populares y aunque les favorezcan las encuestas y, debido a su falta de contenido, de estampa o de "estatura política", según los que cortan el queque, sin dar la cara en esta critica, son faenados en un dos por tres y mandados a freir monos como Candidato Triple A, Afuerino, Allegado y Apitutado, a la región donde exista un cupo salvador. A ver si ahora se la pueden, es el desafío que le imponen los mismos, que los descueran por encargo. Al final de la cola, están los que generalmente han hecho las tareas y más encima se han sacrificado allá en la provincia alejada, incluso muchos por varios períodos como parlamentario en los potreros, casi un campero más para los que manejan el buque. A la hora de la repartija o la dedocracia, no los toman ni en cuenta. Topón pa'dentro y si no te gusta chao no más, parece ser el epitafio. Como se te ocurre que un huasteco provinciano pueda llegar al Senado por "nuestro" partido, dicen que se ha escuchado clarito decir a más de alguno en la cúpulas partidistas.

El daño que estas mañas le pueden hacer a las distintas candidaturas presidenciales, se apreciará algo en las primarias, a fines de junio, sin embargo el daño mayor se verá en la elección de noviembre. Con razón algunos, de los que han caído en desgracia y que huelen el fracaso electoral, se corren de las primarias convencionales olímpicamente. Otros por privilegiar su liderazgo frente al desatino democrático de estos aliados, hasta hace muy poco, con tal de cautelar la supervivencia de su candidatura presidencial, miran para otro lado y hacen mutis por el foro, como queriendo alejarse de las malas prácticas que, caracterizan al sistema político chileno.

Es bueno que el taimado que patea el tablero no se imponga por sobré la cultura institucional partidaria, mas encima cuando tratan de pasar por encima de las regiones.


Lagos se constituyó en el primer presidente socialista después de Allende y mató la mufa, Bachelet por su parte, fue la primera mujer en llegar a ser la primera autoridad de Chile y Piñera se quitó las ganas y alcanzo la primera magistratura con un gobierno de centro derecha después de cuatro gobiernos de centro izquierda. Sin embargo, la institucionalidad en estos gobiernos de los últimos 25 años ha sido la misma y por lo centralista, esta claro que no es lo que el país necesita. No permite proyectar ni impulsar a Chile hacia un desarrollo sostenido, de su territorio en toda su extensión. Ya sea por la calidad de nuestra política, lo corto de los períodos o el tremendo centralismo imperante. En un cuarto de siglo, nos hemos limitado a calafatear la institucionalidad con miras a tener una mejor inserción comercial en los mercados, pero de desarrollo con mayúscula ni hablar.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (25 may 2013)
El Centro de Talca (07 jun 2013)