sábado, diciembre 29, 2012

Cambia todo cambia

El 2012 los embates de la revolución estudiantil se tomaron la tribuna y agenda mediática. En Enade de ese año el sociólogo Alberto Mayol, con su derrumbe del modelo y las instituciones, dejo a muchos tiritando. Un año después, en el reciente Enade 2012, se puede decir que la sociedad  empresarial y conservadora, acusó el golpe, tomo nota y saco la voz, por intermedio de distintos actores y estamentos. En la misma tribuna, pero con menos presión, se recuperó el aliento, la sociedad no estaba muerta, solo andaba de parranda.

La misma sociedad que se pegó el alcachofazo de que la transparencia llegó para quedarse y de que los ciudadanos, por ningún motivo renunciarán a los grados de libertad que han ganado. Si algo está claro, es que en esto no hay vuelta atrás.

En el mismo encuentro empresarial de este año, el ministro Larraín no se anduvo con chicas, expresó que Chile desde el 2010 está creciendo mas que el mundo, cosa que no se veía desde antes de la crisis asiática. Hoy, según Larraín, con la inflación controlada, el problema más que conseguir empleo es conseguir trabajadores.

Por otra parte, si se comparan los últimos dos gobiernos, el gasto crece la mitad y el PIB crece al doble. Estamos ahí de poder alcanzar la meta de ser un país desarrollado, pero como siempre, no todo puede ser perfecto, hay un cuco, podemos caer en la llamada trampa de los países del ingreso medio, como le ocurrió por ejemplo a Venezuela, que estuvo a punto y se quedó en el intento.

Alvaro Vargas Llosa se sumó a los parabienes para nuestro país, pero también advirtiendo el riesgo de caer en esta trampa, que puede significar enredarse como otros países, en la tentación de tener un Estado cómplice e inmoderado, que abusa del gasto y el consumo, lo que desprestigia al capitalismo.

Frente al cuestionamiento del modelo, entelequia que sirve para cargarle los dados o adjudicarle cualquier fracaso, el Chile conservador le superpone la libertad, la cual, si bien no es un modelo, tampoco fue inventada por ninguna escuela de negocios, como lo expresara Patricio Jottar de CCU. Lo que si está claro como el agua, es que cualquier sociedad que se precie de moderna, requiere un Estado eficiente. La competitividad, así como los tiempos y ritmos de la globalización, no permiten otra cosa.

Como no hay mal que por bien no venga, el voto voluntario, que si bien se llevó un montón de votantes a la pasada, ha permitido que los partidos políticos pierdan automáticamente poder frente a los ciudadanos. Se acabo el girar a cuenta sin dar ninguna cuenta, a la audiencia antes cautiva. Hoy las exigencias son y serán cada vez mayores y, requerirán sin duda tener contenido, atrás quedarán los slogans rimbombantes y vacíos. Pero habrá que tener mucho cuidado, ya que bajo el nuevo esquema, es perfectamente posible el que una minoría muy activa sea capaz de movilizar eficazmente a los suyos, bajo un universo cada vez menor y con ello provocar los cambios, que le permitan definir el rumbo de una institucionalidad a su pinta.


Algo así ya nos pasó en el 70, cuando por un lado, los partidarios de Alessandri en lugar de ir a votar, preferían irse a la playa, en cambio los fanáticos de Allende no fallaron. El resto, como todos sabemos es historia controvertida y dura, pero conocida.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (13 oct 2012)
El Centro de Talca (22 dic 2012)
Austral de Temuco (09 dic 2012)