Alcachofazo.cl
En
Nueva York el remezón potente lo provocó Sandy, la tormenta perfecta, en Chile
en cambio el guaracazo fue político electoral gracias a las elecciones
municipales, no dejaron títere con cabeza.
Ni
las vacas sagradas apernadas en sus feudos capitalinos con importantes
votaciones históricas a su haber se salvaron, quedo claro que no hay imbatibles
frente a campañas ciudadanas creativas y motivadoras. En cambio una señal
distinta, fué el buen trabajo de los alcaldes jóvenes como Orrego, Ossandon y
Undurraga, quienes pese a ser postergados y criticados por sus partidos,
endilgaron a sus sucesores lo mas bien para que salieran electos sin mayor
problema.
Otro de los grandes perdedores en esta pasada fueron las encuestas, demostraron que valen callampa. Y a futuro, o se ponen las pilas o habrá que regularlas para evitar su efecto manipulador.
El gran cuco, la alta abstención, era de verdad un tremendo monstruo y representa una potente luz roja y alerta para toda la clase política, en dos palabras, es casi un “que se vayan todos”. Como diría Toro Sentado, si urna no hablar y mayoría manda, ser gran cambio que venir.
La
derrota fue especialmente para los partidos grandes, quienes rápidamente, tal
como nos tienen acostumbrados, sacaron a relucir cualquier porcentaje loco que
les permita decir que crecieron en algo, aunque el universo tienda a cero.
Los partidos siguen con su costumbre centralista de usar la elección municipal para apuntar a la presidencial y así marcar tendencia. Esta vez al igual que en anteriores contiendas, la madre de las batallas fue Santiago, mas la emblemática Providencia y de regalo Ñuñoa. A muchos les gustaría, e incluso se tratan de convencer de aquello, que esta triada pueda ser la crónica de un triunfo presidencial anunciado. ¿Porque nunca se dan el trabajo de escoger una parrilla de ciudades de regiones, que sea más representativa del Chile real? En el fondo discriminación pura, la misma que a la gente de regiones ya los tiene hasta más arriba de la coronilla.
El regionalismo y especialmente en el norte, esta cada vez más potente y se reafirma la tendencia, Salvador Urrutia en Arica, Jorge Soria en Iquique, Esteban Velásquez en Calama, Maglio Cicardini en Copiapo, sin duda el sur se tiene que poner las pilas. El desafío regionalista será poder construir una plataforma nacional transversal que consolide este proceso y haga masa crítica para conseguir las anheladas conquistas regionalistas que por décadas los distintos gobiernos han postergado.
En resumen, el problema principal es el tipo de política y sus actores tradicionales, que no encantan a nadie o a muy pocos, sino como se explica la alta abstención, incluso en los antiguos votantes.
Con este pencazo, Chile cambio definitivamente, este es sin duda, el cambio de folio que muchos y por años han estado esperando. El voto voluntario ha permitido materializar, visibilizar, cuantificar y sincerar la realidad, hasta antes de la elección municipal los partidos políticos tradicionales tenían acostumbrados a sus electores a girar a cuenta de un saldo añejo, que no pescaba a los ciudadanos, salvo para pedirles ser el aval de sus martingalas en cada elección. Los macucos de nuestra vilipendiada política nacional, se tienen que pegar el alcachofazo, porque la participación llego para quedarse y de aquí para adelante nadie la podrá escabullir.
La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (02 nov 2012)
El Libertador de Rancagua (02 nov 2012)
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