Política y elite
La
gran capital, de nuestro centralizado Chile, crece mas que cualquier otra
ciudad y experimenta cada vez mayores grados de violencia, cobrando la vida de
un carabinero en las últimas reyertas. Frente a esta triste evolución, no queda
mas que concluir, que hace rato, Santiago se le escapo de las manos a la elite
capitalina. Distintas lumbreras escriben en la prensa sobre las causas y
razones que llevaron al “Rata” a disparar y matar al carabinero, pero de
soluciones, prevención o hacer algo coherente en el poder construir sociedad y
una metrópoli inserta en un país centralista, que pueda contener y disminuir
esta violencia y mal vivir, nada de nada. Secos para el diagnóstico, para el
bla bla, pero de ahí a meter las manos o entender algo del tema, naca la
pirinaca.
Puro
discurseo sonoro y rimbombante para alimentar el ego, pero que para variar,
deja el futuro y destino de nuestra principal sociedad y ciudad, sometida cada
vez más, al control de las pandillas, encapuchados y ghettos, que son
finalmente los que marcan la pauta o agenda. En ningún caso son, los que
debieran ser, los más inteligentes, no ellos están muy cómodos en sus poltronas
diagnosticando a control remoto lo que se imaginan puede pasar en la subcultura
de la marginalidad, que ellos mismos han creado producto, entre otros de la
inacción y la segregación.
El
futuro no se ve nada de auspicioso, ya que la política, la principal
responsable de generar los cambios, esta peor, con una evaluación ciudadana que
cae en picada. Una política cada vez más elitista y endogámica que, para elegir
a los presidenciales, los unge entre encuestas y martingalas centralistas, para
luego santificarlos en procesión por las regiones, nunca al revés como debiera
ser, invirtiendo la pirámide y creyendo también en la gente de regiones. Lo
mismo para designar a los candidatos a senadores, ya estamos en medio de la
gran repartija de regiones, que a diestra y siniestra
postula solo a ministros, políticos y líderes con presencia mediática
capitalina, el famoso comprahuevos. No importa que no sean de la región, da lo
mismo.
La
excesiva concentración de las tribunas legitimadas para posicionar los
liderazgos en la capital, es una de las grandes razones de que no existan
escaleras de la fama más democráticas y mejor distribuidas para posicionar
liderazgos diversos y de distinto origen social y territorial, como debiera
ser.
A
su vez, generalmente estamos eligiendo lideres relacionados con cualquier
aspecto asociado a encuestas e imagen, bajo códigos del marketing político
capitalino, pero sin sopesar su trayectoria, el aporte al país, sus ideas y
programas o el liderazgo político producto de su desempeño.
Pero
esta elite además es sorda, ni siquiera es capaz de escuchar a la OCDE, que ha
sido clara en indicar que si no se genera un profundo proceso de
descentralización en Chile la productividad nacional seguirá cayendo.
Es
decir, también peligran los negocios y proyectos, donde los buenos están
siempre teledirigidos desde el centro y sólo los mas ñeclas, quedan para los de
regiones. Como reza la canción gaucha, las penas son de nosotros las vaquitas
son capitalinas.
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