martes, junio 12, 2012

Don Chicho y Don Pato

La comentada entrevista del diario El País de España al expresidente Patricio Aylwin, puso en debate una discusión que faltaba, sincerando la historia. Lo crudo del quiebre democrático y el impacto violento del golpe militar, hacían necesario por sanidad de la convivencia democrática, el que determinados temas se soslayaran en pos de la legitimación de una institucionalidad común y de un proyecto político colectivo que traspasaba las fronteras y sensibilidades partidarias tradicionales, incluyendo en una “Concertación” a la Democracia Cristiana encabezada por Aylwin con los herederos de la Unidad Popular y de Allende.

Asimismo y como lo expresa Ascanio Cavallo en su columna dominical, una de las causas de la tragedia de 1973, pudo ser “el quiebre de la amistad civica” (entre Allende y Frei) que “fue tan profundo, que Allende no volvió a pisar la Moneda mientras Frei la ocupó, y Frei no volvió a hablar con Allende cuando éste llegó a la Presidencia.”

Los recuerdos que se tiene de aquella época, son que el poder de la UP prácticamente no residía en Allende, mas bien todos creían tenerlo y todos se sentían con derecho a ejercerlo y a tironearlo, ahí pudo estar también parte del error. Allende en su ambición de poder, fue un gran articulador y buscador de acuerdos, transando permanentemente, no en vano experimentó 4 campañas presidenciales. Lo que bien pudo ser bueno para acceder al poder, fue totalmente contraproducente, por el caos y desconcierto que creaba la permanente transaca, cuando se tenía la responsabilidad de gobernar un país. Mas aun en un país presidencialista como Chile. Sin duda, la critica de Aylwin hacia Allende, en parte también podría pasar por ahí.

La grandes expectativas creadas al momento de ascender al poder por parte de la UP, sin duda les jugaron en contra, el sentimiento era, si todos pudimos hacerlo para conquistar el poder, también se podía hacer lo mismo desde el poder y la Moneda. Sin embargo, otra cosa es con guitarra y la guitarra además, para que suene bien, generalmente la debe tocar uno solo.

El proceso de atomización política, fue uno de los principales gatillantes de la descomposición del sistema democrático, el cual surgió como resultado, entre otros, de las altas expectativas creadas al acceder al poder. Pero también es necesario recordar que este se había incubado previamente, incluso al interior de la DC con la creación del Mapu y la Izquierda Cristiana. Todos, cual más cual menos, se sentían con el derecho de darle un mordisco al pastel, incluso antes de hornearlo. En pocas palabras, todos aspiraban a ser caciques y muy pocos estaban dispuestos a hacer la pega dura.


El hoyo negro del centralismo capitalino, que se comenzaba a fortalecer, hacía que el trabajo político territorial fuera cada vez menos considerado. Hasta el MIR que se fundó en Concepción, a inicios de los setenta se fue a competir a la liga capitalina. Quedando así solo en el recuerdo, el que los radicales fueron los últimos exponentes que miraron y practicaron la política otorgándole importancia a las provincias. De ahí para adelante todo ha sido centralismo político.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Centro de Talca (23 jun 2012)
Austral de Temuco (10 jun 2012)