viernes, marzo 09, 2012

27F, la lección

Con motivo del segundo aniversario del terremoto del 27F, se ha podido apreciar una discusión política sobre si Bachelet debe hablar o no, si asumió su responsabilidad política, si el gobierno esta demorado en la reconstrucción o si comunica más de lo que ha hecho. Pero nadie o muy pocos han hablado o pasado revista, de si como sociedad o institucionalidad, hemos sacado las correspondientes lecciones, corrigiendo los  errores o implementado las medidas que durante el período posterior al gran terremoto y tsunami, surgieron como recomendaciones a seguir, por parte de distintos expertos.

Estará ya operativa o instalada la red de acelerógrafos digitales que nos sirva como país y no solo tengamos todavía, una en base a los que apuntan a alertar al hemisferio norte o Hawai.

Existirá una red de teléfonos satelitales operativos con sus baterías cargadas y con suficiente respaldo, a modo de red pública de emergencia, que sea a toda prueba, en los lugares que se requieran, con un protocolo de la Onemi que permita estar probándolos periódicamente, incorporando esto incluso en los planes de emergencia.

Se habrá evaluado instalar una alarma anticipatoria en base a las ondas primarias  en todos los colegios sobre 100 alumnos del país, al igual como la del Colegio Alemán de Santiago, lo que permite valiosos segundos para iniciar una evacuación mas ordenada.

Se estará incorporando como parte del ordenamiento territorial el tener y actualizar la información geológica para sitios urbanos, sobretodo en ciudades grandes. Y el tener mapas con información de lechos de inundación de quebradas y ríos,  o zonas costeras, donde no se debe construir. Alguien estará estudiando el perfeccionamiento de la legislación y el poder establecer normas más rigurosas en materia de suelos, que permitan incorporar o actualizar la información de fallas geológicas y su conformación histórica. Por ejemplo: Valparaíso tiene suelos de mala calidad, conformados en algunas áreas por material de aluviones sobre restos de antiguos incendios, naufragios y basurales; Concepción, “ciudad de las lagunas” muchas de estas hoy rellenas incluso con desechos orgánicos.

Por los medios se ha podido apreciar como distintas constructoras están usando ya los aisladores sísmicos, que tan buenos resultados demostraron, ojala la normativa y uso en la infraestructura pública pueda avanzar en paralelo.

Se habrá evaluado avanzar hacia un sistema de generación eléctrica distributiva (GD) basado en pequeñas unidades más cercanas a los centros de consumo y que se conectan directamente al sistema de distribución, permitiendo a las zonas que no han sido alcanzadas por el sismo seguir operativas al no estar conectadas a la gran columna vertebral.

La ONEMI tendrá implementadas unidades regionales y locales autónomas de reacción ante emergencias, que sean capaces de establecer de manera inmediata y autónoma, el control sobre los servicios básicos, el orden y la seguridad.

No sólo se debería aprovechar la tragedia para reparar lo dañado y prevenir desastres, sino también se debe aprovechar el impulso para resolver los problemas de arrastre, renovando y potenciando el desarrollo de las ciudades intermedias como una forma de descentralizar efectivamente.

En cada escuela, oficina y edificio público, debería haber un protocolo de simulación obligatorio y estandarizado. Promover una cultura de prevención y mitigación basada en la organización ciudadana a nivel de barrios, todas conectadas entre si por circuitos de escape y espacios abiertos y seguros. En dos palabras, una cultura de reacción  ante desastres basada en la organización de la propia comunidad.

La Prensa Austral

El Centro de Talca (17 mar 2012)
Austral de Temuco (04 mar 2012)