27F, la lección
Con motivo del segundo
aniversario del terremoto del 27F, se ha podido apreciar una discusión política
sobre si Bachelet debe hablar o no, si asumió su responsabilidad política, si
el gobierno esta demorado en la reconstrucción o si comunica más de lo que ha hecho.
Pero nadie o muy pocos han hablado o pasado revista, de si como sociedad o
institucionalidad, hemos sacado las correspondientes lecciones, corrigiendo
los errores o implementado las medidas
que durante el período posterior al gran terremoto y tsunami, surgieron como
recomendaciones a seguir, por parte de distintos expertos.
Estará ya operativa o
instalada la red de acelerógrafos digitales que nos sirva como país y no solo
tengamos todavía, una en base a los que apuntan a alertar al hemisferio norte o
Hawai.
Existirá una red de teléfonos
satelitales operativos con sus baterías cargadas y con suficiente respaldo, a
modo de red pública de emergencia, que sea a toda prueba, en los lugares que se
requieran, con un protocolo de la Onemi que permita estar probándolos
periódicamente, incorporando esto incluso en los planes de emergencia.
Se habrá evaluado
instalar una alarma anticipatoria en base a las ondas primarias en todos los colegios sobre 100 alumnos del
país, al igual como la del Colegio Alemán de Santiago, lo que permite valiosos
segundos para iniciar una evacuación mas ordenada.
Se estará
incorporando como parte del ordenamiento territorial el tener y actualizar la
información geológica para sitios urbanos, sobretodo en ciudades grandes. Y el
tener mapas con información de lechos de inundación de quebradas y ríos, o zonas costeras, donde no se debe construir.
Alguien estará estudiando el perfeccionamiento de la legislación y el poder
establecer normas más rigurosas en materia de suelos, que permitan incorporar o
actualizar la información de fallas geológicas y su conformación histórica. Por
ejemplo: Valparaíso tiene suelos de mala calidad, conformados en algunas áreas
por material de aluviones sobre restos de antiguos incendios, naufragios y basurales;
Concepción, “ciudad de las lagunas” muchas de estas hoy rellenas incluso con
desechos orgánicos.
Por los medios se ha
podido apreciar como distintas constructoras están usando ya los aisladores
sísmicos, que tan buenos resultados demostraron, ojala la normativa y uso en la
infraestructura pública pueda avanzar en paralelo.
Se habrá evaluado
avanzar hacia un sistema de generación eléctrica distributiva (GD) basado en
pequeñas unidades más cercanas a los centros de consumo y que se conectan
directamente al sistema de distribución,
permitiendo a las zonas que no han sido alcanzadas por el
sismo seguir operativas al no estar conectadas a la gran columna vertebral.
La ONEMI tendrá
implementadas unidades regionales y locales autónomas de reacción ante emergencias,
que sean capaces de establecer de manera inmediata y autónoma, el control sobre
los servicios básicos, el orden y la seguridad.
No sólo se debería
aprovechar la tragedia para reparar lo dañado y prevenir desastres, sino
también se debe aprovechar el impulso para resolver los problemas de arrastre,
renovando y potenciando el desarrollo de las ciudades intermedias como una
forma de descentralizar efectivamente.
En cada escuela,
oficina y edificio público, debería haber un protocolo de simulación
obligatorio y estandarizado. Promover una cultura de prevención y mitigación
basada en la organización ciudadana a nivel de barrios, todas conectadas entre
si por circuitos de escape y espacios abiertos y seguros. En dos palabras, una
cultura de reacción ante desastres
basada en la organización de la propia comunidad.
La Prensa Austral
El Centro de Talca (17 mar 2012)
Austral de Temuco (04 mar 2012)
Austral de Temuco (04 mar 2012)
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