viernes, mayo 04, 2012

La nueva política

Primera escena: El ex asesor de Bachelet, mientras ella estuvo en la Moneda, Francisco Díaz, en su columna en un matutino, se mostró recientemente muy partidario de poder “revisar a fondo la estructura de la regionalización en nuestro país”, agregando a renglón seguido, de que viene siendo “hora de atreverse con reformas políticas de fondo para una nueva ciudadanía”. Pero esto como todos saben, depende exclusivamente de nuestros representantes, los parlamentarios y sus partidos políticos, de nadie más.

Segunda escena: sobre el accionar de estos relevantes actores del sistema político, Sergio Melnick decía hace poco, con motivo del nuevo impulso para llevarse el Congreso de vuelta a Santiago de algunos de ellos, “la descentralización ha estado en la boca de todas las promesas electorales concebibles, y nunca se hace nada significativo”. Parlamentarios que, como el lo expresa, “son todos en realidad de Santiago o miran a Santiago, y a veces van a las regiones a marcar presencia para poder ser reelegidos. Es todo una hipocresía máxima.” Al pan pan y al vino vino.

Tercera escena: Ante el 30% evasión en febrero del Transantiago y así como ha venido ocurriendo desde que partió este engendro, cuando se implementan medidas o subsidios para corregir el daño sobre los habitantes de la capital, en paralelo se busca compensar a las regiones con medidas en el mismo sector transportes, lo necesiten o no. En ningún momento, siquiera se detienen a pensar en lo que las regiones requieren. Santiago se resfría y reparten dominales para todo Chile, cuando en las regiones los remedios que se requieren son otros.

Cuarta Escena: el arquitecto Mathias Klotz se pregunta en una columna dominical de un medio nacional, analizando la futura política de desarrollo urbano para Chile, si “finalmente se va a fomentar el crecimiento de las ciudades en regiones, de modo de poblar el país de manera equilibrada, coherente y sustentable, o si vamos a seguir permitiendo y subsidiando el crecimiento de una única ciudad que, por su topografía, jamás resolverá los problemas de ventilación que padece”. En otras palabras, seremos capaces de cambiar el lema o profecía imperante en las distintas ciudades y pueblos del país, que dice “el último apaga la luz”.


Muchos son los que piensan que Chile necesita un brinco 3.0, que le permita pasar de la inercia centralista, al nutrirse de la creatividad y el emprendimiento de todos sus territorios, y que en esto, los jóvenes son los llamados a encabezar el proceso, dada la coyuntura del aumento sustantivo de la masa de nuevos votantes. Así, el gran desafío de nuestra juventud, es jugarse por el gran cambio de nuestra política. Esta, hay que airearla, acercarla a la gente, hacerla creible y arraigarla con los territorios regionales. De modo que se acabe la palabrería hueca, las inconsecuencias y empecemos de una vez por todas, hacer política con mayúscula. Al igual como la que se hizo en el pasado, cuando se buscaba construir un país conformado por distintas realidades, no como hoy, que todos trabajan para una sola ciudad.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Centro de Talca (12 may 2012)
Austral de Temuco (29 abr 2012)