Cumbre de las regiones
En Concepción, a partir de
mañana se realizará una nueva Cumbre de las Regiones, bajo el lema, “Todo Chile
es Chile” convocados por CorBioBio, participarán distintas organizaciones
regionalistas del país. Junto con compartir distintas ideas ya consensuadas,
algunas de las cuales se enuncian en esta columna, se buscará articular el movimiento regionalista a lo largo de todo Chile, para
poder unirse frente al centralismo nacional.
En ninguna parte
del mundo, los países y sus regiones funcionan bien con poderes ejecutivos que
detentan todo el poder en los territorios y a cuya sola inteligencia, capacidad
y valores los ciudadanos deben confiar el futuro del país y sus anhelos. El destino
de Chile y sus Regiones, pasa por respetar y valorar la diversidad, pasa por un
sistema de mayor descentralización en que las comunidades regionales y locales,
puedan todas, no solo elegir a sus autoridades cada cuatro años, sino también
poder decidir en el como utilizar los recursos y que hacer en cuanto a
programas, con respeto a sus necesidades y modos de ser. Las comunidades deben
poder controlar y confiar en sus autoridades regionales, comunales y
reclamarles resultados. Un proyecto país común pasa por la libertad para que la
región, sus comunas y sus comunidades puedan hacer apuestas de desarrollo, para
fomentar inversiones, para innovar en su salud, para hacer política social de
integración, para darse una educación que valore su medio ambiente y respete su
propia identidad social y cultural.
Es esencial que
la institucionalidad regional y comunal sean una escuela de innovación,
colaboración y participación, donde juntos, muchos puedan pensar e
imaginar cualquier territorio, desde su
diversidad y construyéndolo con todos, para todos y entre todos. Lo cual
necesariamente pasa por la libertad para elegir las alternativas con que
enfrentar los problemas y aprovechar las potencialidades, la libertad para
equivocarse y aprender de los propios errores, la libertad para enorgullecerse
de los logros y éxitos.
Hay que dejar
atrás las amarras del autoritarismo y el centralismo para, en libertad abrir
paso a la creatividad e imaginación hoy constreñidas. Esto requiere democracia
a cabalidad y ello implica respetar la soberanía de la comunidad para resolver
y decidir sus políticas, proyectos y programas para mejorar la calidad de vida,
privilegiando el respeto por las personas y el trabajo asociativo con su
inherente diversidad, como una visión de futuro amplia y de gran alcance.
Se debe
recuperar el valor del alma republicana con arraigo territorial como
alternativa a los arrebatos autoritarios y centralizadores que han marcado al
país. Todo lo cual significa, impulsar la Equidad y Democracia, para revertir
los desequilibrios provocados por una historia de país, un modelo de desarrollo
social, económico, cultural y territorial al servicio de algunos grupos y de un
territorio-ciudad, que nos ha marcado y uniformado.
Para evitar que la falta de
participación, el autoritarismo y el centralismo que nos agobia termine por
colapsar la vida nacional, regional y local, al igual como lo está haciendo con
la de los habitantes de la capital, se hace necesario democratizar y
diversificar el poder en todos los niveles, como la herramienta efectiva que
permita desarrollar armónicamente los territorios y no sólo el de las grandes
áreas urbanas. Un desarrollo que esté al servicio de las personas, respete la
naturaleza y permita recuperar así como valorar las distintas culturas e
identidades presentes en cada región.
Austral de Temuco