sábado, agosto 06, 2011

Enroque centralista

Las regiones experimentan contrastes permanentemente, entre la cruda realidad provocada por el centralismo endémico nacional, cuando se enteran cada cierto tiempo de las múltiples extensiones del Metro, esta vez en sus líneas 3 y 6 anunciadas hace poco y por otro, su anhelado sueño de tener algún día un Tren rápido al Sur, que beneficiaría a seis regiones, mucho más de la mitad de la población del país. Los más de 6.000 mil millones de dólares que habrá invertido el Estado en la red metropolitana, al finalizar la construcción de estas dos nuevas líneas, no se comparan con las tres chauchas que se ha invertido en el ferrocarril estatal en el mismo período. Como lo graficó hace poco un columnista, la capital en Mercedes Benz y las regiones aun en ojotas.

Los que pensaron que se iba a poder terminar, con lo de las sillas musicales o cambio de parlamentarios por ministros, en este caso senadores, estrategia tan criticada cuando se esta en la oposición, perdieron la esperanza. Sin duda, es un socavamiento de la institucionalidad, con senadores designados que pasan a ser subordinados del gobierno, con lo cual el centralismo se acrecienta y los territorios pierden poder. Tanto la Concertación como el actual gobierno lo critican pero igual lo practican, el cura Gatíca queda chico, aquí la única constante es que las regiones, los electores y el país pierden. Se minimiza el rol de los electores, cuando los partidos políticos les expropian central y cupularmente al ciudadano el poder de su voto.

Es urgentísimo poder incorporar dentro de las reformas políticas una que a corto plazo impida este enroque centralista. Aspiremos y seamos consecuentes con nuestro discurso sobre las fortalezas institucionales de Chile, con estas triquiñuelas burdas de centralización del poder, en unos pocos, en desmedro de otros muchos, vamos camino al despeñadero, en lugar de una república podemos convertirnos en una vulgar chacra.

Cuando será el día que un cambio de gabinete o una gran reforma, traiga las buenas noticias descentralizadoras que las regiones reclaman hace décadas. ¿Quien sueña o tiene pesadillas con este gran problema país? ¿Quien pecha por las regiones, en las altas cumbres nacionales? Nadie. Mas aun, si gracias al binominal se les imponen centralmente parlamentarios afuerinos que una vez empoderados se los llevan de ministro y luego se los reemplazan por alguien, que incluso puede ni siquiera conocer la región. Cuya dependencia mas encima, será de la cúpula que lo designó y no de los electores que eligieron, a quien está reemplazando. No será mucho burlarse de la gente, no hay que quejarse ni llorar, si después la política en las encuestas queda a la altura del unto.

La gran mayoría está esperando una señal nítida de entendimiento entre el gobierno y la oposición, la gente quiere que de una vez por todas, alguien ponga las peras a cuatro, en materia de reformas políticas, que le devuelvan el alma al cuerpo del ciudadano. Existe la sensación de que todos quienes detentan el poder, de uno y otro lado, están muy cómodos y abrigaditos en un juego de suma cero. Nadie quiere tomar acción sobre determinados temas candentes ni menos poner límites, porque esto no reditúa, solo se quiere cosechar votos y ojala no pagar ningún costo, así los países y su institucionalidad aceleradamente se van al tacho. Los tiempos se han acelerado y las convulsiones se sabe donde empiezan, pero es difícil pronosticar como terminan sino se las enfrenta con consensuadas políticas de Estado y unidad nacional.

El Centro de Talca
Austral de Temuco (24 jul 2011)