Onda Polar

Todos estamos estupefactos con la tremenda onda Polar, que dejo helado, no de frío sino de impresión y espanto, a todo el país. Como en otras ocasiones, algunos avivados de cuello y corbata, sistemáticamente se han estado pasando por el aro y por muchos años, a casi medio millón de deudores de los estratos de menores recursos. Sin ningún tipo de contemplación, hasta el gerente y alto ejecutivo, por más de una década, ha declarado en la prensa que no tenía la menor idea de lo que estaba ocurriendo. El colmo de los colmos, el oso no era polar era de peluche, pero se creía el cuento.

Lo peor de todo es que nuestra institucionalidad fiscalizadora y fundamentalmente nuestras élites, léase directores muy bien remunerados, quedan como el forro una vez más. En este caso buscan pasar piola, pero nos tienen acostumbrados cada cierto tiempo a estos reventones, donde unos pocos, ya sea en lo privado o en lo público, se arreglan los bigotes aprovechándose de la mayoría silenciosa. Tal como lo relata la samba famosa, al final de los finales siempre es lo mismo, “las penas son de nosotros las vaquitas son ajenas”.

La falta de sintonía de las élites y la política con la ciudadanía, no ha permitido que los que tienen la manija, se den cuenta de la lectura que le esta dando la gente al proceso modernizador, donde la gran mayoría observa desde la vereda del resentimiento y la frustración, como lo expresara Héctor Soto recientemente. Entonces no nos asombremos con las masivas manifestaciones. En estas, al mirar los rostros de los protestantes ya no se ven las caras duras de décadas pasadas. Son caras alegres que expresan el estar vivos, están descubriendo que la realidad no les pertenece y en paralelo, también descubren que tienen derechos, por lo tanto juntos exigen y reclaman lo que les corresponde a ellos y no lo mandan a decir con nadie. El pueblo unido avanza sin partidos, es la consigna imperante, habrá que comenzar a oír padre.

Hay muchas cosas que deben cambiar, esta onda Polar ha tenido replica y duplica, por lo tanto, nos debería servir para corregir el rumbo, por ejemplo en las asimetrías que se dan entre los peces gordos y la pequeña empresa. Pruebas al canto, es muy difícil que surja y despegue un pequeño empresario que cuando le vende a la gran tienda debe pagar el IVA al mes siguiente, siendo que a él le pagan a 90 o 120 días. Como se diría por ahí, esta mal pelao el chancho.

Aquí no me pierdo ni un segundo, como sea prefiero a La Polar de antes, la del radioteatro “Hogar Dulce Hogar” donde el llegar y llevar era amigable, con ejecutivos cercanos y comprensivos de sus clientes, como don Cele, gran personaje de este recordado programa radial. Nada que ver con el Cuesco Cabrera que ha evolucionado a una versión actual de un Cuesco Especulador Bursátil que vive tan arriba que ya ni sabe como es la gente, solo sabe que hay que esquilmarla.

Si la cosa sigue así, con un país centralista, discriminador y muy concentrado, donde muy pocos, disfrutan de los beneficios y a otros muchos, solo se les usa, pero se les posterga el happy hour, si no se hacen los cambios de fondo, no cabe duda, vamos derechito a un escenario de cuesta abajo en la rodada. Y si es así, pienso que me va a empezar a gustar mucho más la palabra equilibrio en lugar de crecimiento e incluso que desarrollo. Necesitamos darle mas de una vuelta de tuerca al tema de fondo, por que sino, lo que se dará vuelta será la tortilla, la misma que cantaban los Quilapayun y en esa, ya nos vimos, es un monstruo grande y pisa fuerte.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Centro de Talca (25 jun 2011)
Austral de Temuco (26 jun 2011)