Lucro y lacra
Sin lugar a dudas,
es muy distinto ser una institución con o sin fines de lucro, sin embargo no
tener fines de lucro, en ningún caso significa tener afán de pérdida, como
muchas personas creen. Con organizaciones donde la eficiencia no corre y lo que
importa es gastar los recursos sin medir ni evaluar. Los tiempos han cambiado y
hoy en día por mucho que no se tenga fines de lucro, es necesario rendir
detallada y eficientemente el uso y destino de los fondos de cualquier
organización, sus miembros y socios no aceptan otra forma.
Que el tema del
lucro en Chile es todo un tema, ya lo estamos constatando una vez más, es y ha
sido un tema tabú. Le costo en su época a los Chicago boys y Pinochet con las
privatizaciones, así como le ha costado a la Concertación y ahora al gobierno
de Piñera. Como no se puede sacar eternamente el traste a la jeringa, bien vale
la pena repensar el como nos apeamos o como lo manejamos, dado que su impacto
en el alma nacional es así de complejo. Con el agravante que en una sociedad
endogámica y centralista como lo es la capitalina, el lucro con mayúscula esta
reservado para unos pocos, los mismos de siempre. Una sociedad con síntomas de
degradación, en que la lacra de La Polar destapó la olla, pero donde el caldo
hace rato que se venía recociendo. Un muestra, es lo que el expresidente de la
Sofofa Felipe Lamarca, en una reciente columna titulada “Revienta la teta”
expresaba, “basta de centralismo y de presupuestos manejados desde el anonimato
en Santiago. Donde mis ojos te vean, claman las regiones.” Una gran deuda
pendiente en nuestro país es la participación activa de la gente de regiones
sobre su desarrollo.
Cien mil
manifestantes en la Alameda o doscientos mil en todo el país, muestran que el
alma ciudadana nacional no estaba muerta ni andaba de parranda, solo estaba
adormecida producto de un modelo político que la mantenía constreñida, con
promesas y operadores políticos, suavizando los impactos. Hoy sin embargo, se sienten con el derecho a
expresarse libremente.
Sin duda, el gran
problema es de redistribución y esta reventando por donde hace mucho tiempo
debió hacerlo, es decir asociado a una crisis de representación política. La
gente viene sintiendo hace rato, que no está siendo representada como a ellos
les gustaría, más aun, hoy no quieren tomar palco, quieren pasar y están
pasando al ruedo como actores protagónicos.
El gran desafío es
abrir los espacios para dar cabida y sentido institucional a todos estos
aportes ciudadanos. En esto hay que cuidarse del análisis facilista, de pensar
que esto se puede solucionar, por ejemplo, con una sola herramienta de
participación ciudadana como sugieren algunos proponiendo plebiscitos. Sin duda
ayudan, pero no hay que equivocarse, aquí se requiere mucho más, se necesita
una mirada más sistémica.
Lo que si no cabe
duda es que esto es un golpe tremendo a las elites capitalinas, pegado en tres
tiempos, las manifestaciones ciudadanas, la onda Polar y los resultados de las
encuestas, todos demuestran claramente como la gente no está ni ahí con el
sistema que los ha ninguneado, prácticamente desde siempre.
La explosión de
demandas de la población alimentada o aprovechada ideológicamente por
operadores políticos, no es lo relevante. Lo importante es más bien como nos
hacemos cargo de esta nueva realidad. Son los políticos y las elites los que
deben dar solución a los problemas reales de la gente que se arrastran por
tanto tiempo, son sus clientes que los votan, se deben a ellos y por ende es su
función el cuidarlos, haciéndose cargo de sus preocupaciones.
La Prensa Austral de Punta Arenas
El Centro de Talca (23 jul 2011)
Austral de Temuco (17 jul 2011)
El Centro de Talca (23 jul 2011)
Austral de Temuco (17 jul 2011)
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