Oportunidad de Desarrollo
Si uno piensa cual debiera ser el relato de La Araucanía, que pueda
orientar su desarrollo futuro, este sin lugar a duda, pasa por empoderar a la
región y su gente, basándose en su particular identidad multicultural. Todo lo
cual, le permitirá proyectarse con crecientes grados de autonomía decisional,
para defenderse de la inercia centralista por un lado, y por otro, para sacar
ventaja de la ola global, buscando en todo, tener una voz regional potente e
influyente, que le permita instalar en la agenda pública nacional sus temas
prioritarios y lo que ella tiene que decir.
Aquí es clave, el
tener una visión de largo plazo que apunte a un modelo de desarrollo
sustentable económica y ambientalmente, basado en la agregación de valor, la
generación de empleo de calidad y en la atracción de inversiones. Asimismo es
fundamental el promover el desarrollo permanente de las personas alineando su
formación con las necesidades generadas por las estrategias y oportunidades de
negocio, en el marco de una cultura empresarial regional de compromiso con el
conocimiento y el dialogo social.
El cambio de switch
o de mirada regional, desde la típica y quejumbrosa visión basada en los
problemas, se debe orientar hacia el enfoque en las oportunidades y en lo que
genera mayor impacto. Así como también cambiar el estilo, desde el dar y
recibir, hacia la cultura de la responsabilidad y el emprender.
Se debe priorizar
lo que nos haga sentido como región, lo que nos diferencie y distinga en el
concierto nacional y global. Nuestra identidad regional construida sobre
nuestras costumbres y creencias comunes, para dar fuerza y sostén a una
poderosa Imagen Región. Una región inserta a su vez, en un territorio mayor
como lo es el mágico Sur y vinculado a la Patagonia, marcas e identidades
comunes con otras regiones vecinas, que nos permiten trascender de nuestras
fronteras interactuando y potenciándonos en una oferta binacional, de las más
destacadas en el concierto internacional.
Para todo esto, no es necesario reinventar la pólvora, aquí se puede
aprovechar la experiencia de quienes están ubicados en mercados estratégicos y
que aun mantienen arraigo con La Araucanía. Con ellos se puede conformar
fácilmente, un Club de Amigos de la Araucanía. Lo cual nos permitiría poder
asociarnos con grandes líderes, organizaciones y empresarios, tanto de nivel
nacional como internacional, para pensar e impulsar el desarrollo desde la
acción.
Para enfocar el accionar es conveniente priorizar determinadas áreas,
donde aprieta el zapato u otras que generen mayor impacto. Así la educación y
nuestro esfuerzo colectivo por mejorarla, se puede transformar, si nos lo
proponemos, en un eje de vocación tecnológica regional, que permita exportar y
transformar a la Araucanía en un referente nacional e internacional del
mejoramiento educacional. En un par de años, se debiera escuchar en distintas
partes, en Educación la Araucanía la lleva.
El Turismo sin duda, es otro gran eje estratégico, en esto es
fundamental que todos los actores relevantes de la región estén realmente
convencidos de su potencial, para proyectarlo como la gran locomotora y
gatillador del desarrollo regional. Todo lo cual, requiere un estrecho
compromiso en poder impulsar proyectos de infraestructura estratégica que
desafíen el desarrollo, así como también, incentivar encadenamientos y
emprendimientos innovadores del más alto nivel. En Turismo, la Araucanía debe
ser top, cualquier otra cosa, sería hipotecar nuestro futuro.
La
innovación y el desarrollo de las TIC’s, junto con una ciencia y tecnología
aplicadas a la realidad de la empresa regional, también son grandes
oportunidades de desarrollo como las anteriores. Y no hay que olvidar que,
siempre hay que tener presente que el desarrollo
debe ser con todos, para lo cual se debe emparejar la cancha de verdad,
no solo en cuanto a igualdad de oportunidades, sino también de condiciones.
Todo lo cual, permita estructurar procesos de promoción humana para toda
nuestra gente.
Austral de Temuco