Aquí se discrimina

(Austral Temuco 28 enero 2003)

Como inaugurando el año 2003, el primer domingo de enero un importante diario capitalino publicó entre sus avisos de empleo, un aviso muy particular. En este aviso, se solicitaba un Ingeniero Civil para trabajar en obras civiles en Santiago, hasta aquí todo bien, sin embargo a renglón seguido se solicitaba que el profesional debía provenir de la Pontificia Universidad Católica de Chile o de la Universidad de Chile. Esto representa una discriminación evidente con todas las demás universidades del país que también dictan la carrera de ingeniería civil, como lo son las universidades de Concepción o Federico Santa María, por nombrar solo a dos de ellas. Que contradicción con lo que se expresa en el articulo diecinueve de nuestra Constitución, que en su punto segundo asegura a todas las personas, la igualdad ante la ley, expresando textualmente que “En Chile no hay persona ni grupos privilegiados.”

Es triste constatar que así como los años pasan, estos ejemplos centralistas de discriminación perduran en distintos ámbitos. La publicación de estos avisos de empleo profesional que privilegian a determinados centros académicos capitalinos y que se repiten periódicamente, son un ejemplo más de las actitudes a las cuales nos tiene acostumbrado nuestra sociedad centralizada y discriminadora.

Lo más impactante, es que las universidades que están siendo discriminadas y perjudicados los profesionales que egresan de sus aulas o alguna agrupación relacionada, no presentan ningún tipo de recurso legal, siendo que la constitución los ampara. Ejemplos como este, demuestran que el centralismo es mucho mas culpa de nosotros mismos, ya que toleramos múltiples abusos sin siquiera chistar. El desafío futuro es dejar de ser extremadamente obedientes y pasivos, como ciudadanos de nuestro país, exigiendo y velando por el cumplimiento de nuestros derechos. El compromiso regionalista debe consistir en denunciar estas injusticias y buscar los apoyos necesarios que permitan interponer los recursos pertinentes.

Red RAUDO

(Austral Temuco 21 enero 2003)

Una vez mas hemos visto como el centralismo ha intentado dar un zarpazo a las regiones. La comisión correspondiente de la Cámara de Diputados, acordó a fines del 2002 que dos casinos de juegos se instalarían en cada región, exceptuando la región metropolitana para la cual no existiría esa posibilidad. Por primera vez en la historia, se dio así una gran señal para el desarrollo de las regiones, al crear un incentivo regional y a su vez combinarlo con un desincentivo para el crecimiento de la capital, al impedir que en esta se pudiera instalar casinos de juego. Sin embargo, no paso mucho tiempo para que otra comisión, de la misma Cámara, esta vez la de Hacienda, revocara la medida anterior y propusiera permitir la instalación de casinos en Santiago. Esto fue acordado incluso con votos de parlamentarios regionales, uno de ellos de la región austral, echando por tierra la primera restricción a que se sometía la capital frente a las regiones.

No solo se pierde así una gran oportunidad para entregar una señal de desarrollo armónico, sino que además se deja al arbitrio del mercado el lugar de su instalación. El mismo mercado imperfecto que permite que no todos los costos y muchas externalidades de proyectos de inversión publica no los paguen los capitalinos, gracias a que son ellos los que definen las reglas del juego económico en nuestro país. Por lo tanto, si algo no le conviene a su majestad “Doña Capital”, se pasa por encima o se le tuerce la nariz, total los fiscalizadores regionales generalmente están “en otra”.

Pero esta vez, al parecer, las cosas están cambiando y los centralistas no se la llevaran tan fácil, puesto que en muchas de las regiones inmediatamente salieron a la palestra los respectivos parlamentarios para reclamar pública y concertadamente contra esta medida. Ya es hora de crear una red de alerta temprana, que permita activar a las huestes regionalistas contra las medidas centralizadoras, apenas estas se produzcan. Habrá que activar la Red RAUDO (Regionalistas Alertas Unidos Denuncian y Opinan), propuesta hace algunos años a CorChile y que lamentablemente no prospero. Y si de casinos se trata, hacer las apuestas, el centralismo no va mas.

En viaje, entrete

(Austral Temuco 14 enero 2003)

Recientemente se reestrenó el programa regional de TVN “en viaje” cuyo nombre evoca la entretenida revista de antaño de Ferrocarriles del Estado, que difundía los atractivos turísticos de nuestro país. Este año se ha puesto pantalón largo ya que su exhibición no sólo figura en la programación de la Araucanía, sino también en las regiones del Bío Bío y de Los Lagos. Por algo será.

Cabe destacar, el esfuerzo de poder juntar en uno de los programas a los tres intendentes de estas regiones del sur, para participar de una iniciativa regional, lo cual lo consiguen con tres chauchas si se compara la producción de este programa con las millonadas que se gastan en los programas nacionales. La gracia de este equipo regional, encabezado por dos tremendas mujeres como son la Maita y la Quenita, es que han logrado perseverar en un medio en el cual es súper difícil hacer programas en regiones, sobretodo cuando la concentración económica del país impide financiar iniciativas regionales por muy buenas que estas sean.

La encuesta anual del Consejo Nacional de TV dada a conocer en agosto del año pasado, señaló que el 77% de las personas encuestadas opinaba que los noticiarios de la TV abierta cubrían muchas noticias de Santiago y pocas de regiones. Sin embargo, a la hora de programar la parrilla, los canales nacionales prefieren darle como caja a los contorneos del ritmo Axe, los reality show o a los comentarios faranduleros del seudo jet set nacional, antes que exhibir programas regionales a nivel nacional.

Que distinto sería, si en las regiones estos equipos esforzados de TV pudieran contar con recursos similares a los que cuentan en la capital, para así poder hacer programas que nos muestren y gusten a todos y, no solo a unos pocos, como son los que se seleccionan de muestra para el people meter, el instrumento que mide el rating y define lo que se ve en Chile.

La descentralización en distintos ámbitos, permitiría que algún día no sólo podamos elegir a los intendentes sino también poder ver en la TV pública que todos financiamos, distintos programas producidos regionalmente como el “en viaje”.

Descentralizar o morir

(Austral Temuco 7 enero 2003)

El amigo uruguayo y federal Alberto Umpierrez cada cierto tiempo nos sorprende via correo eléctrónico con acertados comentarios que alimentan la discusión virtual regionalista en el cono sur latinoamericano. Frente al tema de las lentitudes que presenta un sistema unitario para descentralizarse, hay tres aspectos de vital importancia:

1) Es natural que existan resistencias frente a la descentralización, porque a nadie le gusta suicidarse, y a los privilegiados por el sistema unitario tampoco les gusta perder sus privilegios. En este sentido, es necesario para que puedan surgir cambios, que la sociedad civil organizada y las autoridades regionales sean más insistentes y persistentes. Llegado el caso decir, como los norteamericanos en 1776: "no más impuestos sin representación", los habitantes de las regiones también son ciudadanos, no sólo contribuyentes.

2) El sistema unitario es como un supermercado con una sola caja, donde las esperas son inevitables. Si el "dueño del mercado" no confía en nadie para manejar el dinero o la mercadería, necesariamente termina haciendo todo uno solo, y la calidad del servicio resulta pésima. Es lo que generalemnte se llama un "cuello de botella". La soberbia del UNO es el peor enemigo de la competitividad COLECTIVA.

3) ¿Puede ser viable un país donde se supone que hay solo UNO que es inteligente y el resto es incapaz de tomar decisiones? Evidentemente no. Entonces solo la sumatoria de la diversidad y la creatividad de todos los territorios, puede dotar a un país de la suficiente flexibilidad y dinamismo como para ser viable y competitivo en un entorno turbulento y globalizado. Descentralizar no significa otra cosa que democratizar la inteligencia y habilitar a la gente a pensar y decidir sobre su propio camino a la felicidad.

Estos aspectos reflejan la importancia de poder llevar a cabo cuanto antes en nuestro país un proceso de modernización del Estado basado en la descentralización y a través del cual se busque aprovechar las energías de todas las comunidades regionales.