10 años no es nada
Hace 10
años atrás escribíamos en este mismo medio, “la preocupación del gobierno
frente a los brotes de violencia, la institucionalidad diseñada y las medidas
centrales tomadas por las autoridades, especialmente en cuanto a la entrega de
tierras, no han sido la mas adecuadas. La postergación y pobreza del pueblo
mapuche, que se arrastra hace muchos años, es un tema país en cuanto a la
responsabilidad histórica del Estado por esta situación, así como en cuanto a
la magnitud y origen de los recursos que se debe destinar a su resolución, pero
debe ser un tema de la región en cuanto a su resolución, ya que las medidas y
decisiones centrales rara vez han acertado.”
Decíamos
también que “el peor error sería centralizar el tema y plantearlo únicamente en
torno al combate de las acciones terroristas, objetivo que generalmente buscan
los grupos violentistas. Estos aspiran siempre, a tener al frente al Estado
nacional, alejado de la realidad regional, reaccionando a destiempo con sus
sistemas de seguridad, para así llamar la atención de los medios, en especial
los internacionales.”
Unos
días atras, el Subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla, expresaba frente a
los multiples conflictos experimentados en la Capital, “hay debilidades en inteligencia para
adelantarse a los hechos.” Como sera la cosa en el caso de nuestros graves
problemas de violencia rural, donde no le dan casi nunca el palo al gato, al
parecer nos somos preocupación ni tenemos gran inteligencia nacional
disponible, estamos muy requete solos y lejos.
También
en una columna siguiente, decíamos que era “la oportunidad para generar una
gran mesa con los distintos sectores, gremios y actores involucrados en la
temática mapuche a nivel regional y así consensuar una estrategia con nuestra
visión regional, para que el país nos escuche. De no hacerlo, se nos seguirá
instrumentalizando por iniciativas ajenas que violentan y alteran el desarrollo
regional.”
Hace 10
años también constatabamos que “un porcentaje cercano al 70% de las tierras
adquiridas por Conadi, a las comunidades indígenas, mantenían conflictos
internos derivados de la falta de certeza de los derechos de los socios en el
bien adquirido.” Se invento una ley indígena con instrumentos de asignación de
tierras que, en lugar de dar soluciones, multiplicó los conflictos. Ya viene siendo hora de ponerle atajo al
tema.
Concluyendo
hace 10 años, decíamos que ya era “hora de empezar a trabajar juntos en serio y
proponer soluciones concretas a nuestros problemas, especialmente en lo referido
al tema mapuche y la pobreza regional.” Ya que de otra forma sería hacerle el
juego a los que “les gusta la confrontación y en esta función, han supeditado y
mediatizado sus objetivos para impactar y captar audiencia, no para proponer
soluciones inteligentes.”
Es increíble, pero hace 10 años escribíamos, ”es hora de que los buenos se unan, es tiempo de hacerse cargo de La Araucanía creando una convocatoria amplia, transversal, ciudadana y del campo, que se organice, planifique y marche de frente por la paz para hacer lo que hay que hacer y exigir la atención que se requiere. Así los buenos podrán más temprano que tarde desnudar, arrinconar y aislar al matón del barrio.” Aprovechando la reciente visita del Comité Ejecutivo de la CPC y el compromiso asumido por estos dirigentes para ayudarnos a impulsar nuestra causa regional, es hora de transformar las palabras en acción. Así ya no será necesario parodiar al famoso tango expresando, “que 10 años no es nada”.