lunes, agosto 27, 2007

Desarrollo local

Desarrollo local

Hace algunos días nos tocó participar en un seminario organizado por un centro de alumnos de la UNAP de Victoria, en el cual expusimos sobre las perspectivas del desarrollo regional bajo una visión empresarial, todo esto con miras al Bicentenario. Nos correspondió compartir el panel, entre otros, con el destacado periodista Alejandro Guillier. Como regionalista fue muy reconfortante poder comprobar, como los esfuerzos de una universidad regional y sus alumnos, construyen territorio y región desde Victoria, con todas las dificultades que aquello implica, en un país tan centralista y con regiones donde este centralismo muchas veces se replica y refuerza en sus capitales como Temuco o Concepción.

Muchas veces se piensa erróneamente que las soluciones e ideas deben venir desde afuera para provocar e impulsar el desarrollo de las comunas y localidades, sin embargo con ejemplos como el enunciado antes, queda demostrado con creces que el desarrollo pasa principalmente por los actores con arraigo y pertinencia local. Nadie podrá resolver mejor los problemas que aquejan a un territorio, que su propios habitantes, el resto es puro discurso politiquero y trasnochado. En esto es básico el respeto a la identidad cultural y a la diversidad presente en la comunidad local, ya que la riqueza de esta radica precisamente en estos factores.

Lo importante en todo esto es enfocar bien el trabajo conjunto en pos de los objetivos que se fijen como colectivo. En lo productivo y empresarial, es necesario buscar las oportunidades de negocios que aprovechen los nichos de exportación y las ventajas comparativas del territorio, pero en todo, siempre hacerlo con calidad y respetando el medioambiente, ya que de otro modo se estará hipotecando el futuro de todos, en especial el de las futuras generaciones.

Todas nuestras regiones y sus distintas ciudades, si bien sufren los embates continuos y persistentes del centralismo cupular, también son atacadas por el centralismo cultural. El que la mayoría de las veces se manifiesta cuando se parte desde un principio derrotado ante los problemas que nos afectan. Sin embargo, si se cambia de actitud y se inicia el recorrido de un camino que implique un trabajo conjunto, que además le permita a la comunidad creerse el cuento de verdad, las cosas serían muy distintas.

Las regiones tienen grandes potencialidades, tanto en sus recursos naturales como en la presencia e interacción de sus diversas comunidades. Esto siempre y cuando, estas se ecuentren empoderadas y trabajando articuladamente entre los distintos ámbitos, lo cual puede hacer la diferencia en la carrera del desarrollo. El éxito futuro de cualquier territorio o comuna regional, dependerá del como ésta es capaz de organizarse para, en primer lugar, reconocer y superar sus debilidades y, en segundo lugar, en como son capaces de sacar el mejor provecho a sus fortalezas y potencialidades. El resto es echarle firme para adelante, de seguro nada ni nadie les impedirá triunfar.


Diego Benavente M.

miércoles, agosto 15, 2007

Elite homogénea

(Diario El Sur de Concepción)

En reciente entrevista dominical, el rector de la U. Alberto Hurtado, Fernando Montes, expresaba su preocupación por el carácter homogéneo de la elite chilena. Para Montes el “que la elite sea religiosa, social y políticamente homogénea no es bueno”. A renglón seguido agregaba, “se educa en los colegios de ella, se casan entre ellos, religiosamente pertenecen a los mismos movimientos. No es bueno que todos los empresarios sean de la misma tendencia política. Es muy importante para ellos y para el país abrir ventanas.” Sin duda uno de los problemas más graves que tiene Chile es la concentración del poder y esto pasa por una elite capitalina homogénea que actúa sobre seguro, sin competencia y su formación ocurre de manera muy alejada de lo que es el país real. Esto lo expresa el mismo Montes cuando advierte sobre las universidades donde se concentra esta elite, “cuidado con el tipo de líderes que formen, porque tienen el peligro de conocer el verdadero país sólo por las estadísticas”.

Una elite social-política-económica que no está acostumbrada a la competencia, como lo demuestra la participación blindada que buscan sus líderes políticos en las contiendas electorales, gracias al sistema binominal y a la centralización de casi todos los partidos políticos en el país. Un ejemplo de lo anterior son los candidatos afuerinos al Senado, quienes ya se están acomodando en las pocas circunscripciones regionales donde todavía no se han instalado. Otro ejemplo lo comenta la prensa capitalina con respecto a la postulación presidencial de José Miguel Insulza, quien disfruta su alto cargo en la OEA, el cual “sólo está dispuesto a dejar si tiene altas posibilidades de ser Presidente”.

Revisando otras noticias sociales en una revista de negocios santiaguina fue posible constatar una valiosa donación de la familia Del Río para la construcción del nuevo edificio de la Facultad de Ingeniería de la U. Católica de Santiago. Esta donación nos hizo recordar la Ley 19.767 de 2001, liderada por el entonces diputado Enrique Krauss, a través de la cual el Ministerio de Educación autorizó a la U. de Chile la contratación de empréstitos para financiar la construcción de un parque científico-tecnológico y facultó al Presidente de la República, de aquella época, para otorgar garantía del Estado. La pregunta que salta a la palestra de forma natural: ¿es posible que alguna vez en nuestra historia alguna universidad regional pueda tener la suerte de recibir un beneficio de este tipo? Muy difícil si nuestra elite sigue siendo tan homogénea y centralizada.

Diego Benavente M.