Las cosas en su lugar
La crisis política que
experimenta Chile no es una crisis cualquiera, primero que nada y poniendo las
cosas en su lugar, esta no afecta a la sociedad toda ni al país en su conjunto.
Como lo expresara Marta Lagos de Mori en un medio electrónico, “esta es una
crisis de la elite, no es una crisis de las instituciones ni de las personas.
Este es un país que tiene un gran capital social y el capital social se está
mostrando en la medida que los hechos incorrectos están siendo fuertemente castigados
por la ciudadanía”.
De manera similar lo describe Clara Szczaranski
la actual consejera del CDE Consejo de Defensa del
Estado, cuando dice: “Chile
es un país corrupto en un nivel sofisticado. Es
corrupción de alto pelo, de un poder muy influyente en el destino del país"
Para los más extremos, el
momento critico que se vive, parece ser
el mejor aliado de AC Asamblea Constituyente, incluso para algunos, hasta el
que se vayan todos (qsvt), podría ser de gran utilidad para la construcción de
una nueva constitución. Todo esto, con actores de mayor legitimidad, dado que
el cuestionamiento a los actuales, es prácticamente generalizado.
Sin duda qsvt y AC, podrían
servir pero con un piso mínimo de reglas del juego que aseguren que se
aprenderá de los errores y se corregirán las deficiencias graves de una
institucionalidad en extremo centralista que no da cuenta ni aprovecha la
diversidad presente en los distintos territorios regionales.
Entre las medidas para
combatir la crisis política, es esencial el poder constituir un sistema que
dote al país de una administración pública descentralizada independiente y muy
profesional, donde el nepotismo por ejemplo, quede desterrado definitivamente.
Se necesita de manera urgente, un Servicio de
Impuestos Internos SII y un SERVEL Servicio Electoral, autónomos e
independientes tipo Contraloría o el Banco Central, reforzando y complementando
lo propuesto por la Comisión Engel. Asimismo es muy necesario el poder limitar
el costo de las campañas con un control férreo del ejercicio de estas en lo que
corresponde al marketing en la vía pública, el cual debiera limitarse lo más
posible. La batalla debe ser por las ideas y no por la mayor o menor presencia
pública de los candidatos buscando marketearse. En esto puede ser de gran
utilidad, el disponer de recursos para financiar los centros de pensamiento o
institutos asociados a las diferentes corrientes políticas, de modo de reforzar
e incentivar la sana confrontación de ideas, de una manera similar como lo
hacen países como Alemania.
Un país como lo expresa el
empresario Jorge Errazuriz, que diga “no a los profesionales de la política”
que se eternizan en el poder y que como se ha visto, además se enredan con el
financiamiento, donde el Parlamento debe ser la mejor muestra de la ciudadanía,
por ende cualquiera puede ser diputado o senador. Volver la atención hacia la
gente, la sencillez y la solidaridad, en lugar de los antivalores que se han
estado enquistando en nuestra elite capitalina, que nos ha embaucado por tanto tiempo.
La Prensa Austral de Punta Arenas (15 may 2015)
Austral de Temuco (17 may 2015)