Centralismo endémico
Centralismo endémico
Un
reciente documento, llamado Un mejor
Estado para Chile, elaborado por un grupo 11 centros de estudios
capitalinos, denominado Consorcio para la Reforma del Estado, integrado por el
CEP, LyD, IL, Cieplan, Chile 21 y Project America, entre otros. Al momento de
referirse a la descentralización, son
claros y expresan que esta “permite una mayor adecuación de los bienes públicos a la
ciudadanía, conjuntamente con un mayor escrutinio
de su labor, recogiendo de mejor
manera las preferencias y necesidades
de las personas”. Sin embargo, a la hora de pronunciarse por la
principal herramienta para el desarrollo regional, cual es la elección
democrática del intendente regional, se nota la ausencia de algún centro de
estudios regional, como los hay y de gran prestigio en distintas universidades
de regiones, como por ejemplo el IDER-UFRO o el CEUR-UBB.
También creen que
“una mayor representación de los intereses regionales y una mayor independencia
de los ciclos políticos nacionales
en la determinación de los intendentes es fundamental para avanzar de modo
creíble hacia la descentralización.” Ya que al “cambiar tres o cuatro veces de
intendente por cada
gobierno, hablar de gobiernos regionales será simplemente un eufemismo. No se
puede regionalizar si el gobierno nacional finalmente toma todas las
decisiones.” Hasta aquí todos felices.
A renglón seguido,
asoma el centralismo endémico de nuestra elite capitalina, al expresar que,
“mientras se mantenga el estado actual en materia de competencias, atribuciones
y recursos, resulta inoficioso y hasta
temerario incorporarle además al sistema
mecanismos de generación democrática de las autoridades regionales.”
Para terminar expresan, “que la mejor opción es mantener la designación presidencial del intendente, aunque
incorporando un mecanismo de voz de la región antes de su nombramiento. Una
manera de cómo esto es posible de
lograr sería, por ejemplo, a través
de un comité de búsqueda.” Desde la terra ignota de Aylwin, casi 20 años hasta
ahora, las comunidades regionales, no merecen democracia, siguen siendo
ciudadanos de tercera.