Impacto profundo
Al leer dos recientes editoriales de diarios regionales, una de Atacama en el norte del país y la otra de Aysen en el aislado sur, es posible constatar lo que el centralismo es a los territorios. Los mismos problemas que se viven en cada una de las regiones se repiten periódicamente en los distintos territorios, pareciera la crónica de un mal anunciado, que se repite año tras año en distintas realidades regionales de manera aleatoria.
Desde el norte se quejan que pese a lograr puntajes sobresalientes, la universidad regional no logra atraer a los mejores puntajes, los cuales se ven atraídos por las universidades de la capital. Muchas regiones no son capaces de interesar a quienes se distinguen, donde los mejores terminan emigrando en la mayoría de los casos. Incluso más, un gran porcentaje de los que estudian en las universidades regionales se van de la región después de obtener sus títulos profesionales.
En el sur se quejan de que quienes están en el centro del país asumiendo decisiones, desconocen las regiones, especialmente las extremas y todo lo ven muy fácil con un mapa y desde un escritorio. Pero sin quedarse en el puro lamento, expresan a renglón seguido que, no se trata de gritar más, de llorar o de pedir sin una base sólida. Lo que si se desea es conseguir las herramientas más eficaces que puedan servir a empresarios y comunidad en general, para concretar nuevos planes, para seguir creciendo. Es un gran anhelo sureño, el que la hermosa frase gubernamental del crecimiento en justicia y equidad se lleve a la práctica, para lograr cierta igualdad respecto del resto del territorio nacional.
Como corolario final, se destaca la importancia del actuar juntos para enfrentar el desarrollo desde Aysen, cuando expresan que la mejor manera de revertir esta situación, es con la unidad para exigir con mayor fuerza, lo que se necesita para asegurar un crecimiento sostenido y más equitativo.