domingo, diciembre 15, 2013

Capo campeón

Una gran alegría para la gente de regiones fue recibir la noticia del triunfo del “Capo de Provincia”, O’higgins Futbol Club, sobre el equipo capitalino de la Universidad Católica, obteniendo así de paso el campeonato nacional de futbol profesional 2013. En un país extremadamente centralizado y centralista, sin duda esta fue la victoria de David contra Goliat, al igual como lo han sido a lo largo de la historia del balompié nacional, los escasos campeonatos obtenidos por otros clubes regionales y que corresponden a Cobreloa, Everton, Wanderers y Huachipato. Como en todo, falta descentralizar e incentivar aun más el deporte en los territorios, la competencia no es, ni ha sido nunca pareja.

Da gusto ver y seguir la trayectoria deportiva, dirigencial e institucional que ha venido desarrollando en los últimos seis años este gran club, que hasta hace muy poco estaba prácticamente quebrado. No es casualidad que hayan coincidido dos entrenadores como Sampaoli y Berizzo, dos insignes seguidores de Bielsa, el entrenador que le cambio la  cara al futbol chileno, en esto no hay dos opiniones. Lo anterior no se da por generación espontanea, se da porque a la cabeza de la sociedad anónima hay un dirigente de excelencia y de renombre internacional, como lo es Ricardo Abumohor, quien dirigió la ANFP cuando se clasificó para el mundial de Francia. Actores que resultan claves para obtener buenos resultados en el futbol profesional, entrenadores trabajólicos, sistemáticos con buena escuela y disciplina, junto con la eficiencia y coherencia en el accionar dirigencial, todo lo cual permite establecer adecuadamente las prioridades y motivar a la fiel hinchada. Sin estos últimos actores motivados y entusiasmados, como el tercer gran factor, no hay espectáculo ni convocatoria, que es lo que sustenta y da sentido a la actividad. Hinchada celeste muy conectada con su institución y equipo, incluso con fervor místico fundado en la lamentable perdida del grupo de hinchas fallecidos en el accidente de las curvas del camino a Tomé cuando enfrentaron a Huachipato.

Una espera de 58 años para lograr llegar a ser campeones por primera vez demuestra la perseverancia de una pléyade de dirigentes e hinchas que antecedieron a los actuales y dentro de los cuales hay grandes amigos regionalistas. El 2012 se estuvo a punto de ganar la final y se perdió ante otro grande como lo es la U. de Chile, prueba de fuego para un DT joven como Berizzo que se destaca por la mesura en sus declaraciones y para un dirigente experimentado como Abumohor cuya contribución al futbol profesional, ha continuado con esta notable incursión en regiones. Un proyecto integral en lo  deportivo, institucional, de infraestructura y equipamiento, como lo demuestra el Centro Deportivo Monasterio, la envidia de muchos clubes profesionales. Tal como se debe hacer las cosas, con un dirigente que la prensa especializada destaco por su forma de ver el futbol “dentro de un contexto social, ligado más a los barrios que a las bolsas de comercio”, o porque vivió, según lo dicho por el mismo, los últimos 20 minutos de la final “con las pelotas tomadas”.


En resumen, la hazaña de O’higgins es la pega bien hecha, más que una inversión, que de por si lo es y muy significativa, esto ha sido un trabajo en equipo, un desafío de ciudad y de región, encabezado por líderes sólidos, experimentados y muy conectados con la hinchada, vibrando y empapando juntos semana a semana la camiseta celeste.

El Libertador de Rancagua