viernes, noviembre 15, 2013

Ya viene el poder regional

En el pasado era común escuchar frente a la descentralización a muchos políticos expresar que el tema central, más que discutir si los consejeros regionales debían ser elegidos por votación popular, era la entrega de mayores recursos y autonomía a las regiones. Gran descubrimiento gran, desde Pinochet que se viene escuchando la misma cantinela, que como siempre, corresponde a la estrategia de embolinar la perdiz.

La descentralización como todos saben, pasa por la redistribución del poder, hoy concentrado en muy pocas manos e instancias en la capital y, el poder, como todo político sabe, no se le regala a nadie, hay que conquistarlo. Para esto, se requiere acercar y vincular la generación del poder político con el territorio y su gente. Todo lo cual, requiere inicialmente de políticos que no sólo tengan real arraigo con su territorio, sino también políticos locales que se crean el cuento de su capacidad de ser autónomos en el poder definir los destinos de su región y porque no, a pensar el país desde su territorio.

El que no se pudiera elegir a los consejeros regionales, hasta ahora en que se hará historia, con la primera elección de estas autoridades regionales, significaba seguir igual que antes, en manos de los que están al servicio del sistema centralista, aunque parezcan que viven y son de regiones. Estos, en el fondo se orientan y son serviciales al objetivo central, limitandose a reforzar los argumentos de las cúpulas centrales, en lugar de ir al fondo del asunto desarrollando autonomía de pensamiento. Sin duda, la responsabilidad primaria frente al desarrollo político con autonomía y real representatividad territorial, en el esquema actual, depende de la capacidad de los políticos regionales, como son los parlamentarios y a ahora los consejeros regionales que representan a sus regiones.

Al analizar porque demora tanto la regionalización o el que no se cumplía con el compromiso de elegir a los Cores, por parte de los distintos presidentes durante las últimas dos décadas, uno llega a la conclusión final, de que la política la hacen los políticos y por ende, ahí hay que encontrar las explicaciones.

Por su parte, algunos políticos para explicar el escaso avance de la descentralización por parte del sector público y buscando esquivar el bulto,  expresan que de la inversión que se hace en el país, el Estado sólo tiene una porción minoritaria, inferior al 20%, siendo el resto de origen privado. Sin embargo, lo que normalmente no expresan es que son, por parte del Estado, quienes lo representan, es decir el Gobierno y el Parlamento, los que tienen el deber de entregar las señales que busquen revertir la concentración económica en el área metropolitana. El mercado lo construimos todos y es labor de quienes gobiernan y legislan el introducir las correcciones y compensaciones que se requieren. Medidas que permitan que unos paguen las externalidades que ha producido la concentración de recursos en Santiago y que históricamente no han sido consideradas, y otras, que apunten a poder entregar los incentivos necesarios para desarrollar los territorios rezagados. Así lo hacen los países, para hacer progresar armónicamente sus territorios y no convertirse, en lo que Chile es hoy en día, un país-ciudad.


Recién a partir de estas elecciones del 17 de noviembre de este año, las regiones podrán participar de un sistema que permita generar el poder, para que puedan surgir políticos auténticamente regionalistas, que se la jueguen por su territorio, todo lo cual conseguirá generar las plataformas para luchar por un país menos centralizado y donde las regiones, dejen de ser instancias de tercera categoría.

La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (09 nov 2013)