viernes, diciembre 02, 2011

Hacer la pega

En Chile somos los reyes del diagnóstico, de acuerdo a cifras de Mideplan en 153 comunas al 2020 los adultos mayores serán más que los niños. El lema es, “el último apaga la luz”, los jóvenes se arrancan de sus territorios de origen y el centralismo sigue campeando en todas las áreas. Pero hay algunos pocos que son impermeables a estos problemas, nuestra elite que ha gobernado Chile, durante el último medio siglo no ha sido capaz de generar ninguna política efectiva, importante y decidida para desconcentrar el país. Nuestra educación, en especial de las zonas más alejadas de las urbes y del centro, es pésima y la institucionalidad no da el ancho para hacer de Chile un país competitivo. La política como factor de cambio pasa piola hace rato, en su creciente deterioro ya está tocando fondo.

A la hora de optimizar los resultados electorales, rápida y transversalmente se llega acuerdo, pero para hacer la pega y concordar soluciones para los grandes temas del país, todos arrancan. A lo más frente a las crisis y urgidos por la contingencia, se consensúan leyes que muchas veces complican en lugar de solucionar los problemas.

Somos bipolares, cuando nos da con algo le damos como caja y después generalmente nos lamentamos. No por la Polar, hay que acabar con todos los empresarios y no porque el libre mercado sirvió para generar desarrollo en distintas áreas y sectores habría que endiosarlo y dejarlo que irrumpa urbi at orbi.

Ojala se haya aprendido la lección para que ahora con la educación, en medio de la confusión por la crisis, no se desprecie la contribución de las buenas y sacrificadas experiencias de educación particular subvencionada. Este peligro siempre esta latente ya que por lo general estamos acostumbrados a fijarnos más en los que no cumplen, que en los que hacen bien su trabajo.

La causa y destino de la educación pública no puede ser el escenario o plataforma mediática para convertir líderes estudiantiles en futuros prospectos electorales, como ya se anuncia en el mercado. Es hora de entrar a picar y de que empecemos a hacer el trabajo difícil, las futuras generaciones no pueden esperar.

Las tomas y paros no son conducentes al mejoramiento de la educación pública, muy por el contrario, poco a poco la van demoliendo y degradando, “que padre mandará a su hijo a una universidad que para cuatro meses o más”. De seguir así a corto andar nos encontraremos con una matricula en educación pública que, producto de su merma año a año, se irá secando hasta desaparecer. Todo esto con la complicidad de los dirigentes que lideran los paros y tomas, quienes se rehúsan a verlo.

Los japoneses no hacen huelgas ni paros, cuando están descontentos, se ponen de acuerdo y producen mucho más de lo que normalmente hacen en un turno o período determinado, así demuestran donde está el poder. Es necesario cambiar las viejas prácticas de protestar que más que ayudar a las causas, las dañan. Hay que buscar las formas más novedosas de manifestarse, de modo que no se impida el funcionamiento o dañe el bien que se desea proteger, pero dejando en claro, quien tiene el poder de hacerlo mejorar. Igual como los japoneses.

Es hora de empezar a hacer la pega y dejar atrás las cantinelas, basta de seguir recauchando la estructura institucional, habrá que ponerse de acuerdo de una vez por todas y diseñar “la nueva institucionalidad”, la misma que nos permitirá insertarnos en un futuro cada vez más competitivo. Los tiempos actuales nos enseñan que no existe la utopía del camino fácil, Grecia, Italia y Europa lo están demostrando crudamente.


La Prensa Austral de Punta Arenas
El Centro de Talca (26 nov 2011)
Austral de Temuco (13 nov 2011)