La querida república
En la década del 60, los relatos
que escuchábamos de nuestros mayores, nos traen a la memoria la entretenida
vida que se desarrollaba en los distintos pueblos y ciudades, al alero de los
clubes sociales o radicales. Tengo patente, el recuerdo del local del Tata Peña
en Arauco, toda una institución en el pueblo, incluso después que terminaron
los gobiernos radicales. No sólo se comía bueno y barato, además se practicaba
la tolerancia y la no discriminación, a nadie se le negaba el poder servirse un
rico pernil acompañado de un buen vaso de chichón o un pipeño, a veces medio
pasado.
En estos verdaderos puntos de
encuentro, junto con practicarse la política, también se construía capital
social, lo interesante y valioso es que se hacía, de peon a paje y desde la
base territorial misma. Hoy por el contrario el acelerado ritmo del centralismo
político ha dejado en el olvido estas sanas costumbres de convivencia
ciudadana, que permitían compartir decisiones y mantener informada a la comunidad. No había Internet
ni celulares, pero recibían la información a tiempo y directamente de sus
parlamentarios.
El tiempo no ha pasado en vano y
estas ricas costumbres se han alejado de los pueblos y de las personas, el
desafío es poder volver a reencantarse con ellas, sobretodo pensando en los
jóvenes, que no lo han escuchado ni menos practicado. Como recuperar o
reconstruir esa parte de la vieja y querendona republica de antaño.
Como somos capaces de poner los
incentivos más adecuados para que los profesionales y los profesores en
especial, puedan volver a sus comunidades y pueblos o localidades de origen e
entregar su esfuerzo mediante un proyecto al cual se postule y el gobierno se
lo financie. Esto puede ser en parte, ya que el resto podría provenir de una
combinación de aportes locales y de empresas que desean contribuir, acogiéndose
a su responsabilidad social.
Mientras en regiones añoramos la
vieja república, otros en el centro siguen con la costumbre de dividir el país,
pareciera que nada hemos aprendido. Unos aleonando o avalando la violencia y
las tomas que merman cada vez más la matricula de la educación pública,
mientras los otros se refuerzan en sus ghettos de universidades privadas para
lo cual cuentan con la taquilla de profesores más diversa, pero que sólo
beneficia a los alumnos más escogidos que pueden pagarlas, a los que atraen
como abejas a la miel, desde todo Chile.
La Prensa Austral de Punta Arenas
El Centro de Talca (12 nov 2011)
Austral de Temuco (30 nov 2011)
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