sábado, octubre 15, 2011

Austeridad y abundancia

Mucho se ha escrito sobre la generación actual y de como se pararon en las hilachas poniendo, con gran impacto a nivel nacional, la educación en la palestra pública, como nadie nunca lo había hecho en el último medio siglo. Sin duda las diferencias entre las generaciones influyen. Antes en Chile la preocupación fundamental era por un lado, parar la olla, consiguiendo una pega en un mercado super restringido y por otro, protegerse de los efectos de la inflación que carcomía los escasos recursos de las familias. Uno se colaba al cine porque la plata no alcanzaba para esos lujos, que decir de tener auto, escasísimas familias podían tenerlo. Recibir una bicicleta en la pascua era como sacarse el loto, había que inscribirse porque tampoco se fabricaban muchas. Lo mismo sucedía con el teléfono, uno podía pasar varios años inscrito antes de conseguir que le instalaran la línea, que decir lo que costaba comunicarse con el extranjero, era prohibitivo. Hoy en cambio los jóvenes se manejan en una mayor abundancia de bienes y un mercado inmensamente superior en tamaño, lo que les permite incluso proyectarse de distintas maneras incluso en el extranjero, antes esto era casi como ir a la luna.

Para sobrevivir en los 60/70 había que tener harta imaginación, la leche la vendían en botellas de vidrio y en el barrio nos entreteníamos jugando a la pelota, a la escondida y cuando nos aburríamos inventábamos un circo o una rifa. Hoy las calles están vacías de niños y si los cabros no tienen un playstation no son capaces de entretenerse. Algunos piensan que la creatividad y la capacidad de enfrentar situaciones complejas y nuevas, son competencias que comienzan a escasear, habrá que ver los resultados.

Era fantástico cuando llegaba el primer supermercado a la ciudad, nada que ver con el viejo y querido almacén donde te fiaban anotando en el cuaderno y donde uno se enteraba de todos los chismes del barrio. La abundancia de productos de un supermercado de hoy no tiene límites, antes había la marca o un par de ellas en casi todos los productos básicos y además, con precios fijados por la autoridad, que curiosamente rima con austeridad. Sin esta última característica, era muy difícil llegar con el presupuesto a final de mes. Esa formación en la austeridad enseñaba a sacar músculos que hoy se están atrofiando, la abundancia los regalonea y sobreprotege, así como también los hace más exigentes, si tengo todo esto porque no puedo tener todo lo demás. Es fácil, total esta al alcance de la mano.

Antes la diversidad y cercanía se vivían en el barrio y en la escuela o liceo, hoy los enclaves segregan y seleccionan a los iguales por condición socioeconómica, alejando cada vez más a los distintos. Por lo tanto, no es de extrañar que existan jóvenes que salen de la universidad sin conocer la diversidad de su ciudad, menos la de su país y la de realidades rurales o aisladas.

Con las empresas o transnacionales pasa algo parecido, a quien hoy en día no lo han paseado telefónicamente por múltiples call center con distintas voces, generalmente femeninas, como en el viejo compra huevos, que sin duda no tiene nada que ver con los agentes regionales, cuando los había, y que si solucionaban los problemas, no como ahora. Trate de conseguir un apoyo para una determinada causa, olvídese, las decisiones están muchísimo más centralizadas que antaño, antes los gerentes cortaban el queque a nivel local. La vida como que se nos aleja o escapa, se escurre entre los dedos. Paren la micro, aquí me bajo.


El Centro de Talca
Austral de Temuco (02 oct 2011)