Otra arista clave
Uno se pregunta como la educación esta en el estado calamitoso en
que se encuentra habiendo tanto proyecto o programa de investigadores que
intervienen buscando su mejoramiento. ¿Que ha pasado con sus resultados que no
han dado el palo al gato?
Estos por lo general, abordan una gran variedad de aspectos o
variables de la situación escolar, en parte, por un desconocimiento o
desvinculación con la realidad concreta y sus problemas de fondo y, también
para minimizar los riesgos de no atinar con la intervención, prefieren irse por
los bordes en lugar de entrar a picar. Se desperdician así muchos recursos
destinándolos a lo que no va al foco del problema, en lugar de concentrarse en
la detección y ataque de los nudos críticos del problema educacional, el porqué
no está funcionando el proceso de aprendizaje en el aula.
Estos proyectos muchas veces están diseñados para aplicar, validar y
lucir metodologías extranjeras o destacar la experticia de los investigadores
en determinadas especialidades, sin importar si se está atacando a fondo las
raíces del problema. Lo cual generalmente se desconoce o no interesa, lo
medular es aprovechar “esa realidad” para validarse y vestirse con algo de
terreno.
Eso si, todos son proyectos con equipos profesionales muy bien
pagados, con honorarios que sin duda no guardan relación con las realidades que
atienden. También gozan generalmente de gran exposición pública y atención
mediática, representando una excelente tribuna para quienes los encabezan, a
nadie le importa el que conozcan o no la realidad y sus problemas.
Esto se produce fundamentalmente porque en nuestro país existe un
asombroso y brutal desconocimiento por parte de “nuestros expertos” de lo que
ha estado ocurriendo en la realidad educacional concreta y en muchos temas más,
sobretodo en lo que pasa en regiones en contextos aislados, rurales y de
pobreza. No es taquilla perder tiempo en terreno.
Se avanzaría muchísimo, si cualquier investigador que postula a
fondos públicos y en general, cualquier profesional que se desempeñe en este
sector, tuviera la obligación de haber trabajado antes en este tipo realidades,
2 o 3 años al menos, a modo de servicio país.
Los proyectos y programas siempre se aprecian muy bonitos con
resultados que de una u otra forma brillan, pero al analizarlos en detalle,
estos siempre andan en los márgenes rodeando los temas sin ni siquiera
pellizcar el fondo del problema. Sin duda, muchos de estos proyectos deben
seguir haciéndose, pero la pregunta principal es que pasaría si invirtiéramos
la mitad de esos recursos en explorar, diseñar y probar soluciones con la
participación activa de profesores y gente que conoce o ha experimentado
directamente los problemas, lo más probable es que ya los hubiéramos
solucionado.
La imaginación queda corta al escoger áreas que intervenir,
tecnología en aula, nuevos materiales, el medio ambiente, las TIC’s, el entorno
social, etc emulando una frase famosa de Clinton, se podría decir, es “el
trabajo del profesor en el aula que no logra enseñar”, estúpido. Así es nuestra
sociedad, se diseñan soluciones desde el gabinete, la academia o la cúpula
centralizada y con cero experiencia o conocimiento de las realidades concretas
de nuestro territorio, especialmente en contextos de pobreza rural. ¿Quien de nuestros
100 líderes nacionales del área que se quiera escoger, ha vivido o trabajado un
par de semanas en invierno en alguna de estas condiciones extremas? A lo más un
trabajo de verano o un toque y despegue familiar en un fundo cercano.
Austral de Temuco
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