domingo, septiembre 18, 2011

Otra arista clave

Uno se pregunta como la educación esta en el estado calamitoso en que se encuentra habiendo tanto proyecto o programa de investigadores que intervienen buscando su mejoramiento. ¿Que ha pasado con sus resultados que no han dado el palo al gato?

Estos por lo general, abordan una gran variedad de aspectos o variables de la situación escolar, en parte, por un desconocimiento o desvinculación con la realidad concreta y sus problemas de fondo y, también para minimizar los riesgos de no atinar con la intervención, prefieren irse por los bordes en lugar de entrar a picar. Se desperdician así muchos recursos destinándolos a lo que no va al foco del problema, en lugar de concentrarse en la detección y ataque de los nudos críticos del problema educacional, el porqué no está funcionando el proceso de aprendizaje en el aula.

Estos proyectos muchas veces están diseñados para aplicar, validar y lucir metodologías extranjeras o destacar la experticia de los investigadores en determinadas especialidades, sin importar si se está atacando a fondo las raíces del problema. Lo cual generalmente se desconoce o no interesa, lo medular es aprovechar “esa realidad” para validarse y vestirse con algo de terreno.

Eso si, todos son proyectos con equipos profesionales muy bien pagados, con honorarios que sin duda no guardan relación con las realidades que atienden. También gozan generalmente de gran exposición pública y atención mediática, representando una excelente tribuna para quienes los encabezan, a nadie le importa el que conozcan o no la realidad y sus problemas.

Esto se produce fundamentalmente porque en nuestro país existe un asombroso y brutal desconocimiento por parte de “nuestros expertos” de lo que ha estado ocurriendo en la realidad educacional concreta y en muchos temas más, sobretodo en lo que pasa en regiones en contextos aislados, rurales y de pobreza. No es taquilla perder tiempo en terreno.

Se avanzaría muchísimo, si cualquier investigador que postula a fondos públicos y en general, cualquier profesional que se desempeñe en este sector, tuviera la obligación de haber trabajado antes en este tipo realidades, 2 o 3 años al menos, a modo de servicio país.

Los proyectos y programas siempre se aprecian muy bonitos con resultados que de una u otra forma brillan, pero al analizarlos en detalle, estos siempre andan en los márgenes rodeando los temas sin ni siquiera pellizcar el fondo del problema. Sin duda, muchos de estos proyectos deben seguir haciéndose, pero la pregunta principal es que pasaría si invirtiéramos la mitad de esos recursos en explorar, diseñar y probar soluciones con la participación activa de profesores y gente que conoce o ha experimentado directamente los problemas, lo más probable es que ya los hubiéramos solucionado.


La imaginación queda corta al escoger áreas que intervenir, tecnología en aula, nuevos materiales, el medio ambiente, las TIC’s, el entorno social, etc emulando una frase famosa de Clinton, se podría decir, es “el trabajo del profesor en el aula que no logra enseñar”, estúpido. Así es nuestra sociedad, se diseñan soluciones desde el gabinete, la academia o la cúpula centralizada y con cero experiencia o conocimiento de las realidades concretas de nuestro territorio, especialmente en contextos de pobreza rural. ¿Quien de nuestros 100 líderes nacionales del área que se quiera escoger, ha vivido o trabajado un par de semanas en invierno en alguna de estas condiciones extremas? A lo más un trabajo de verano o un toque y despegue familiar en un fundo cercano.

Austral de Temuco