Chilenidad valorada
Muchísima razón tiene el quinchero Benjamin
Mackenna cuando expresara hace muy poco, “nos falta querer más lo nuestro”.
Esto, lo manifestó en la reciente premiación de que fue objeto, con motivo de la
reinauguración del Museo de la Chilenidad organizada por el municipio de Las
Condes y la Federación de Criadores de Caballo chileno. Allí se premió a cinco
destacados cultores del folklore nacional, junto al líder de los Huasos
Quincheros, Margot Loyola, Vicente Bianchi, Miguel Gutierrez (Grillitos de
Graneros) y Willy Bascuñan, este último, compositor e integrante de los famosos
Cuatro Cuartos. Nos detendremos en este destacado cantautor chileno para apoyar
lo expresado por Mackenna, ya que como muy pocos saben, Willy es un habitante
de nuestra Araucanía, desarrollando sus actividades ya hace más de veinte años
en la ciudad de Pucón, pero lamentablemente no lo hemos sabido aprovechar ni
valorar. Según sus propias palabras, vive en la ciudad de Pucón porque es,
“donde
puedo vivir un Chile realmente pueblerino…eso es una maravilla”.
Si valoráramos las distintas manifestaciones de nuestra cultura, en sus
distintos ámbitos, nos daríamos cuenta de todo lo que nos podría aportar al
desarrollo cultural regional y de Chile, este gran cantautor nacional y de
arraigo regional por opción de vida, cosa no menor.
Su destacada trayectoria profesional se
inicia en la década del sesenta y es impresionante. En 1967, se dio el lujo de ganar el primer premio del Festival de Viña del
Mar en el género folklórico y también en la competencia internacional, hasta
ahora nadie ha sido capaz de emularlo. En lo folklorico lo hizo con "Voy
pa' Mendoza" y en la competencia internacional con "Cuando rompa el
alba". Se le valora incluso mucho más en Argentina, donde se le invita
permanentemente al Festival Nacional de Folklore de Cosquín.
Es uno de los pioneros del neofolklor, compuso
entre otras canciones, El Solitario y El Ovejero. En lo musical, junto al
"Chino" Urquidi contribuyeron con nuevas ideas y arreglos, lo cual
permitió imprimirle un sello especial a la música de aquellos años. En lo
personal me ha tocado escucharle anécdotas de aquella época, que bien podrían justificar
un programa especial de televisión que rescatara esas vivencias. Como aquella,
en que tuvo que convencer al Chino para grabar “Los Viejos Estandartes” ya
cuando el álbum estaba prácticamente listo y, después de mucho catetear, logró
convencerlo y lo hicieron, sin instrumentos solo con las magnificas voces del
quinteto, recreando vocalmente una banda instrumental. Esta magnífica marcha, tiene
unos arreglos y armonizaciones que hasta el día de hoy, son considerados “los
mejor logrados en la historia de nuestra música popular chilena”, alcanzando un
éxito de popularidad sin parangón hasta nuestros días, compitiendo en aquella
época en los rankings musicales, de igual a igual con “Los Beatles”.
Se debería tomar muy en serio lo expresado por
Bascuñan en la premiación, cuando advierte que “la chilenidad, en general está
en peligro. No hay en los colegios un ramo que abarque todo: la música, el
canto, teatro y poesía. Eso sería muy importante.” Y como la gran reserva moral
del país esta precisamente en la provincia, estas son las llamadas a iniciar el
camino de recuperar y valorar nuestra chilenidad.
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