domingo, septiembre 19, 2010

¡Basta ya!

¡Basta ya!

En la semana que termina, como región no pudimos estar más en la palestra, abrimos todos los noticiarios y varios días, para variar, con nuestro tema característico, la causa mapuche y algunas de sus distintas derivadas, este convocó a las audiencias y nos dio alto rating en la agenda mediática nacional. Una huelga de hambre, usada como caja de resonancia y aprovechada en lo comunicacional por cuatro diputados que antes, no habían aparecido nunca por estos lados y, que integran además, en su gran mayoría, la coalición que no pudo solucionar nuestros problemas durante 20 años de gobierno. Todos sensibilizados por el deterioro de la salud de los huelguistas, es decir de quienes han hecho uso de la violencia imponiendo su visión sobre la causa mapuche. Prácticamente nadie ha escrito una línea o gastado una palabra proponiendo cómo solucionar de manera concreta, la postergación del pueblo mapuche, seguimos escuchando la misma cantinela hueca.

Asimismo y como consecuencia de las violentas manifestaciones amparadas en la oscuridad y en los rostros ocultos, se ha tenido que lamentar la muerte de una anciana mapuche, que cuando iba camino a dializarse, el vehículo municipal que la trasladaba chocó con un árbol derribado, por quienes dicen solidarizar con los huelguistas.

Con estos dos hechos queda en evidencia como nuestro tema principal, cuando no hay violencia no atrae a nadie, pero cuando la hay, como cambia la cosa, ahí todos quieren estar, pero solo por el ratito que dure la cuña televisiva. Cuando es hora de hacer la pega, de solucionar los problemas de la gran mayoría que vive en la pobreza rural, de escuchar y hacer participar a la región, no se oye padre. Y lo peor, es que esto nos está costando muy caro, hemos tenido que lamentar muertes totalmente innecesarias, hemos ahuyentado las inversiones y muy pocos están dispuestos a liderar o hacerse cargo del tema, algo huele mal en Dinamarca.

Este es un problema mayor que solo se visibiliza, desde la capital, con la punta violentista del iceberg, porque nunca se la ha dado atención a la gran base del témpano, sumergida y prácticamente desaparecida de la agenda nacional.

Ya viene siendo hora de que la región como un todo diga basta, y que nos dejen a La Araucanía y su gente decidir sobre su futuro. Es necesario que la región se empodere y haga cargo del tema. Bien puede un plebiscito regional ayudar a relevar un camino de consenso para cumplir nuestros sueños de una Araucanía multicultural viviendo en armonía.

Basta de usar a la región y su pobreza estructural como tribuna o vitrina mediática, para subir escalones de la fama. Menos gárgaras y figurones, y más soluciones.

Basta de ser un laboratorio de experimentación e improvisación de políticas públicas mal diseñadas a control remoto desde la capital, por quienes tienen escaso conocimiento de la realidad regional. Políticas que nunca han dado el ancho, ni han podido representar alguna solución pertinente para nuestros problemas.

Basta de dar tribuna preferencial a las minorías violentistas, pasando a llevar a la gran mayoría silenciosa del pueblo mapuche, para variar postergado y olvidado. Sobre esto recientemente el ex Intendente Regional Eduardo Klein, en carta a un matutino capitalino se preguntaba: ”porqué dirigentes valiosos, íntegros, modernos, negociadores transparentes y leales permiten este protagonismo ilegítimo de los huelguistas de hambre. Son cientos de comunidades que tienen dirigentes elegidos por sus miembros quienes lamentablemente no se pronuncian y dejan que sus legítimas aspiraciones sean usadas por jóvenes extremistas.” Basta de omitirse y dejar los espacios, es hora de ocuparlos y asumir los protagonismos que corresponda.


Como lo expresaba esta semana la editorial de un diario santiaguino, “los actuales acontecimientos pueden ser una oportunidad para entrar de lleno en un problema que la sociedad chilena no ha conseguido solucionar en muchas décadas.”

Diego Benavente Millán
Diario Austral de Temuco