domingo, julio 11, 2010

Fufa y Mufa

Fufa y Mufa

Por un buen tiempo seguirán retumbando en nuestros oídos el waka waka sudafricano y las vuvuzelas del mundial de fútbol, una vez más se pudo apreciar el peso de la FIFA, la famosa organización  que agrupa a las asociaciones del fútbol asociado de 208 países, que curiosamente son más que los 192 países que integran la ONU. Pese a que ha sido reticente a aprovechar la tecnología para apoyar al arbitraje, usando cámaras u otros dispositivos, ha sido una institución que ha sabido evolucionar manteniendo el atractivo y magnetismo del deporte más importante hoy en día a nivel global. Todo esto, transformando los campeonatos mundiales cada 4 años en un gran acontecimiento que inunda las agendas mediáticas de casi todos los países participantes. Es el momento de gloria de la todopoderosa organización deportiva, la que a través de su mandamás advierte a cualquier presidente que quiera entrometerse en sus terrenos, este año le tocó a Sarkozy y a Nigeria recibir sus “recomendaciones”. Es como el huillín de bravo, que hace mear las gallinas y cagar los pavos. La FIFA y el fútbol, en esto son celosos de su autonomía, tanto que ningún club, asociación o país, puede osar llevar a la justicia algún asunto relacionado con la actividad, de llegar a hacerlo le caen las penas del infierno y eventualmente hasta la expulsión del país. Haciendo un parangón, se podría decir que es la religión moderna, con su respectivo Papa Joseph Blatter. Por eso cuando alguien sale trasquilado en alguna justa deportiva o de cualquier tipo, con algún cobro injusto, escucha de inmediato la expresión “a llorar a la FIFA”.

Sin duda, algo de esta replica se vivió con el episodio de la recepción en la Moneda del equipo en Chile, los celos de Mayne Nichols por una invitación anticipada por la prensa, así como el frío o descortés, para otros, saludo de Bielsa a las autoridades de gobierno, son una muestra de aquello. El fútbol cada 4 años vive su momento de gloria y cuida su feudo de eventuales aprovechamientos políticos o quizás también, busca cobrarse viejas cuentas dirigenciales, vaya a saber uno.

Sin embargo, el poder y legitimidad que ha ido ganando, lo ha conseguido porque como difusora y protectora de la actividad, ha cuidado que se mantenga la entretención, permitiendo además que funcione la democracia de una manera especial, donde un chico de población marginal gracias al fútbol puede llegar a la cúspide socioeconómica, cosa que ni la educación logra en muchos países. Esta claro que a los Equipos con mayúscula les va mejor que a los que se basan sólo en sus individualidades. También da lecciones a los grandilocuentes y arrogantes, dejándolos a medio camino, así como premia a los esforzados permitiendo que el chico algunas veces le pueda ganar al más grande. Que mejor, son lecciones de vida que, se valoran por igual a todo nivel y en cualquier lugar de la tierra.


Varios mundiales atrás reunidos un grupo de amigos frente a la TV, entre partidos inventábamos distintos campeonatos de juegos de salón que los regulábamos bajo la tutela de la FUFA, parodiando a la FIFA, lo pasábamos de película y a veces hasta se nos olvidaba ver los partidos, de tan entretenidos que estábamos. En este mundial no ha sido posible porque nuestra “flamante” televisora nacional TVN, se le ocurrió hacer un mejor negocio entregando gran parte de los partidos a un operador de cable y el que no lo tenía, sonate pronobis. Las transmisiones en diferido con el alharaco de Solabarrieta gritando estridentemente los goles de cualquier país como si fuera hincha, hacen que la rabia se transforme en furia.  Bien vale la gran mufa que se ha estado manifestando en las distintas redes sociales a TVN por el flaco favor que le ha provocado a su teleaudiencia, lo cual sin duda le significará que se deteriore su imagen de marca.

Diego Benavente Millán
Diario Austral Temuco