Chile mundial
Chile mundial
El
proceso dirigido por Harold Mayne-Nicholls como presidente de la ANFP y Marcelo Bielsa, como DT de la selección de
fútbol de Chile se ha caracterizado por una serie de cambios en los futbolistas
y actores relacionados con esta actividad, superándose la improvisación y la
farándula, que campeaban en procesos anteriores.
Da
gusto ver la profesionalización y lo serio hoy en día de la actividad, que se
ha constituido en una escalera de progreso socio-económico para muchos jóvenes
de estratos marginales. Lo que no se ha conseguido con la educación, lo esta
consiguiendo el fútbol. Todo esto gracias a una serie de valores que han ido
adquiriendo todos los integrantes del plantel nacional. El poder de
recuperación cuando van perdiendo o después de las derrotas, la entrega admirable
jugando a full todo el partido. Ya a nadie se le escucha decir, por ejemplo,
aquello del fenotipo inadecuado de nuestros jugadores para este tipo de competencias
deportivas de alto rendimiento. Solo se necesito sistema y disciplina, sin
camarillas ni apitutados, con un entrenador ordenado y reservado que con
persistencia y coherencia, ha sabido entusiasmar no sólo a los jugadores, sino
a todo el país. Hasta cuando se ha perdido, la mayoría si bien queda triste,
también se queda conforme, por el esfuerzo desplegado.
Todos
se sacrifican por igual, sin importar la posición, nadie se taima por quedar en
la banca. Los que antes parecían no brillar, han aprovechado las oportunidades que
les ha brindado un sistema justo, que premia a aquellos que conjugan el trabajo
en equipo. Las individualidades tienen cabida en el conjunto, pero no marcan la
diferencia como antes, las que funcionaban solo cuando se iluminaban y cuando
no, nos pasaban la aplanadora. La disciplina y el sacrificio se sienten en el
fair play y en las declaraciones de los noveles jugadores a la prensa, da gusto
escucharlas por lo ponderadas y atinadas que son. El libreto es uno solo y
todos se suman.
Sin
embargo y ya enfrentados a la recta final del desarrollo del Mundial de
Sudáfrica, han aflorado, de parte de alguna prensa y algunos comentaristas,
viejas manías y desconfianzas en el proceso. Sobretodo de quienes se aferran
excesivamente a las figuras goleadoras como el Chupete Suazo, que con su lesión
ha preocupado mas de la cuenta, o a los fantasmas de experiencias pasadas de
Bielsa con Argentina o si su saludo fue frío con el presidente. De esta forma,
se olvida de un plumazo todo el trabajo que hay detrás del proceso y de la
solidez de un Gran Equipo, así con mayúscula. La gran diferencia en esta
eliminatoria ha sido, el que la apuesta no se basa en una o dos figuras, ni
menos en tincadas y a cruzar los dedos para que la suerte nos acompañe. Muy por
el contrario, el proceso de cambio ha sido el centro y este cambio llegó para
quedarse en el fútbol nacional, siendo su primer producto esta selección de
excelencia.
Una
selección que por su sistema de juego, donde todos atacan y todos defienden,
representa una “atracción táctica” según los entendidos, se la cataloga junto a
España y Holanda como las que no están dentro de los equipos cautelosos, porque
juegan con belleza y en el caso de Chile, en toda la cancha, como se deduce de
las palabras de Rodrigo Kenton de la Comisión Técnica de la FIFA (Alemania
2006), “no es habitual ver una selección que maneje el balón tan lejos de su
arco”.
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