domingo, agosto 08, 2010

ProTemuco

ProTemuco

Hace exactamente 10 años atras escribimos nuestra columna de los martes titulándola Temuco 2020 y proponíamos desafiarnos como ciudad apuntando a la concreción de sueños ambiciosos, como por ejemplo, conseguir para Temuco y La Araucanía la realización de los Juegos Olímpicos del 2020.

Para esto, nos imaginabamos, que al año 2007 ibamos a estar usando ya el moderno terminal aéreo internacional en las inmediaciones de Quepe, incluso con la llegada de vuelos desde el extranjero. Nos imaginabamos también la ciudad organizando un gran torneo internacional de tenis en el Ovalo Municipal, orgullo de la capital regional, un moderno centro de megaeventos y supergimnasio que acogía a esta justa deportiva, la de “mayor relevancia de la temporada invernal del Sur de América”.

Soñabamos que este ambicioso proyecto, convocaba a todas las fuerzas vivas regionales, como parte integrante del Plan Turismo ‘2010. El cual, buscaba “complementar la oferta y atraer extranjeros, mediante un variado programa de actividades deportivas, culturales, científicas y sociales, de carácter internacional y nacional, planificado para la década”. 

Completababamos nuestro sueño hace una década, imaginando que “desde el hotel en la cumbre del cerro Ñielol, sería posible contemplar el atardecer y ver, como las luces de los distintos senderos que recorrían los turistas, se combinaban perfectamente con el serpentear del moderno funicular”.

Los sueños son ideas puestas en acción y las comunidades organizadas los pueden concretar si se lo proponen. Por otro lado, Temuco es la capital de una región como La Araucanía, superdotada de recursos y atractivos turísticos, en especial de aquellos que atraen a los extranjeros. Por lo tanto, convertirse en la “Gran Capital” del Turismo del Sur de Chile, para Temuco es un sueño alcanzable, si se lo proponen sus líderes y autoridades, encabezando a toda una comunidad motivada. Logrado lo anterior, no hay problema ni impedimento que se pueda atravesar.

Esta semana estuve en Talca donde me correspondió exponer sobre la experiencia de Corparaucanía en un seminario sobre la reconstrucción de la ciudad, muy afectada por el terremoto. Sin embargo, da un gran gusto ver a la comunidad toda liderada por su alcalde don Juan Castro junto al Intendente, al Diario El Centro, así como a las distintas organizaciones sociales, académicas y gremiales de la ciudad, entusiasmadas poniendo en marcha la corporación Talca Renace y un Plan Maestro, elaborado con la ayuda en un grupo empresarial capitalino, que no me cabe duda, proyectará a Talca con fuerza y potencia hacia el futuro.

Sin embargo, la realidad nos ha llevado por otro camino, la falta de foco y dispersión de iniciativas, más la existencia de unos pocos seudo-líderes desorientados, algunos incluso de rostro oculto, amparándose en una causa noble y creyendo representar a una mayoría silenciosa, que sin duda esta por otra vía, nos han tronchado nuestros sueños, oponiendose a proyectos como el aeropuerto y otros, ahuyentando las inversiones con protestas y tomas fantasmas de fundos y caminos, todas de poca enjundia y muy mediatizadas. El mundo al reves, la mayoría cuerda sometida al arbitrio del maton del curso, ya viene siendo hora de poner las cosas en su lugar.

En Temuco podemos hacer la diferencia, aprendamos de Talca y armemos nuestro MasterPlan un ProTemuco con foco en un Turismo de calidad, con una ciudad proyectada con visión potente hacia el futuro. Como una ciudad amigable y grata para sus habitantes y centro de servicios moderno, atractivo y eficiente para los turistas extranjeros y nacionales. Aprovechemos el que nuestro suelo de fundación nos distingue favorablemente en un país sismico y así como los astros se alinean, encadenemos todos los esfuerzos aislados y pongamoslos a trabajar unidos encabezados por nuestra autoridades y las organizaciones que la ciudad y la región se han dado. Así la podremos convertir en la ciudad de nuestros sueños, porque Temuco se la puede, porque entre todos, demás podemos.

Diego Benavente Millán