domingo, agosto 01, 2010

Izquierda, empresa y transición

Izquierda, empresa y transición

El tiempo transcurrido y los procesos experimentados, el último medio siglo, permiten hacer un análisis sobre Chile y el rol de dos actores claves, los empresarios y la izquierda. Que del perro al gato, han pasado, desde una aceptación forzada, a una franca convivencia con altibajos, pero convivencia al fin. Este proceso lo describía Carlos Ominami, en julio del 97 a una revista, “ha habido un cambio muy de fondo en este país, y creo que el sector empresarial ha hecho una contribución de gran envergadura. Eso hay que reconocerlo y eso nos obliga a relacionarnos con el sector empresarial de un modo distinto. Antes no respetábamos a esa derecha económica raquítica, rentista, que vivía haciendo antesala en los ministerios para conseguir prebendas.”

No todos creen que se hayan superado los estereotipos y divisiones, como lo manifiesta el empresario Nicolás Abumohor, en marzo del 2002: “este país está en una posición privilegiada, pero en vez de gozar lo que tenemos estamos peleando todo el tiempo. Nadie habla de las montañas, las playas, el desierto o la naturaleza, sino que estamos odiosos y preocupados sólo de lo que nos divide. Basta ver las noticias para darse cuenta que únicamente se muestra lo negativo. El país está dividido.” Sin duda, las divisiones del pasado para algunos se mantienen latentes y afloran bajo distintas formas y circunstancias.

Nuestras elites capitalinas están marcadas por el pasado y lo manifiestan en sus visiones, una muestra son las opiniones respecto al quiebre del 73. El columnista Héctor Soto, en diciembre 2006 lo caracterizaba de la siguiente forma: “No es fácil tragarse que Pinochet haya hecho en Chile muchas de las transformaciones que distintos prohombres de parsimonia y con mayor estatura republicana nunca hicieron. Pero es la verdad. Fue él quien las hizo. Y perduraron a pesar de lo que él represento”. Y si nos trasladamos de vereda, casi un año después en el mismo medio, Gonzalo Vial Correa lo expresaba así, “suena a paradoja, pero lo cierto es que la dictadura nos legó un Estado de derecho en torno al cual se ha articulado tanto el consenso político como económico que caracteriza este período. Es molesto decirlo, pero tenemos democracia porque la dictadura lo quiso.”

Asimismo los extranjeros, siempre aprecian mejor o intuyen con mayor claridad nuestros logros y lo que aun tenemos pendiente. Así Mario Vargas Llosa, en junio de 2009, comentando el desafío electoral presidencial que enfrentaba Chile ese año, dejaba ver su admiración por lo que nuestro país había logrado con su democracia, al expresar: “¿no es maravilloso que en América latina podamos decir de un país como Chile que ni importa quien gane las elecciones? ¿Qué es lo que va a cambiar? Quizás cosas pequeñitas, pero lo fundamental no cambiará.” Por otro lado, el reconocido economista y profesor de Harvard Michael Porter, en junio 2008,  nos aterrizaba haciendo ver nuestras tareas pendientes, expresando: “el modelo económico que ha llevado al país hasta donde está hoy necesita adecuarse y mejorarse en forma significativa.” El dormirse en los laureles y no hacer las tareas oportunamente nos ha pasado la cuenta, esto puede ser en parte porque mucha gente de izquierda, creía y sigue creyendo que los problemas sólo se resuelven aumentando el gasto fiscal y no le dieron la importancia que se debe, a una gestión eficiente y al perfeccionamiento del sistema. En una sabia autocrítica, Oscar Guillermo Garretón, en julio de este año lo declaraba a un matutino, “la Concertación pasó de ser una alternativa de cambio a convertirse en representante del status quo. Perdió porque producía historia en vez de futuro”.

La próxima transición o futura alternancia, sin duda requerirá que la izquierda se compre el tema de la gestión y que la política se democratice de verdad, entregando poder real a las regiones.

Austral de Temuco