sábado, febrero 15, 2014

El cuesco de la breva


La semana pasada comentamos las expresiones de Alberto Mayol, respecto a los movimientos sociales y al rol que estos cumplirán. Otro tema que aborda el sociólogo, son las “excentricidades absolutas que no existen en otra parte del mundo, y aquí existen”. Las cuales según él son raras y es hora de empezar a hacer cosas comunes. Coincidiendo plenamente con sus argumentos, el estima que “no podemos seguir negando el sentido común, o sea no podemos seguir pensando que Chile no tenga un sistema nacional ferroviario, es una locura, esto tiene que ver con el hecho de que los ferrocarriles construyen estructura país, construyen comercio y condiciones económicas, vendedores viajeros, acorta distancias, potencia lugares lejanos, en fin, hay una gran cantidad de beneficios, entonces que nos digan que es caro es increíble, porque todos los países del mundo lo hacen. Argentina está poniendo un tren rápido y nosotros no, porque es caro, pero cuál es la lógica, aquí hay que tener cosas normales, que funcionen para la sociedad, no sólo para el sistema financiero, para el PIB, que es importante, pero la sociedad está primero.”

Ya viene siendo hora de que la piramide se de una vuelta de carnero y de una vez por todas le toque a la mayoría que habita en las regiones, con proyectos como un Tren rápido al sur como lo hemos planteado tantas vecesa en esta y otras tribunas. Lo que plantea Mayol es la pura y santa verdad revelada, no hay que darle muchas vueltas al asunto, ahora nos corresponde a los habitantes de  los territorios olvidades, es de sentido común, que al parecer es el menos común de los sentidos.

Como lo expresa Mayol, “el centralismo de Chile es horroroso, las regiones en general son vistas como zonas de extracción de productos, no como zonas de desarrollo en sí mismas. Los problemas urbanos, de conectividad rural, etc., se solucionan bastante lento, Chile no tiene tren,” como ejemplo ya citado.

Frente a la pregunta de si es un tema de voluntad o de prioridades, para Mayol “el tema es mucho más complicado, y al mismo tiempo mucho más simple. Cuando tú no distribuyes poder estructuralmente en una sociedad, tienden a producirse tendencias de concentración propias de cualquier lugar, y en esas tendencias se concentra el poder entre poca gente, y esa poca gente tiende a reunirse entre sí porque se conserva el poder, y por lo tanto se llega a producir que cinco comunas en Chile son las únicas que son clasificables como ricas, están todas adyacentes una de la otra y en el sector oriente de Santiago.”


Para Mayol, nos encontramos en una situación que no tiene ninguna lógica, según él, “los niveles de desigualdad, tanto de poder, de dinero y cultural también, de las regiones; la falta de calidad de vida o el comprar el malestar en las regiones con bonos, como en la zona minera, que no tiene ninguna capacidad de reconstrucción del tejido social, por ejemplo, son cosas que no pueden ser”.  Este no es un tema de voluntad, es un tema de estructura, ya que “no se le puede pedir a nadie que pierda su poder, pero tienen que haber condiciones estructurales para que las personas que tienen más poder lo pierdan, y en segundo lugar tiene que ver con un tema de comprender cómo es el desarrollo local, cómo es el desarrollo regional, y ahí tiene que haber mucho conocimiento y capacidad.” Este es el cuesco de la breva, de un desarrollo nacional armónico y una tremenda tarea que es necesario abordar prioritariamente como país.

El Libertador de Rancagua