Chile a dedo
Suena encachado y
entretenido recorrer Chile a dedo, además es súper económico y de seguro
resultaría una gran experiencia, lamentablemente esta vez no me refiero a esta
posibilidad del lenguaje. Es otra la variante, la cual en todo caso, no nos
debiera enorgullecer, ya que esta implica, el como en nuestro país distintas
cosas relevantes se resuelven a dedo, sin considerar a los interesados, ni a
los directamente involucrados en los temas o by-pasándolos olímpicamente. Todos
conocemos muchos ejemplos y esta vez nos referiremos al gran click o la última
perla, la designación a dedo de los senadores reemplazantes de aquellos que
asumieron como ministros del Gabinete del presidente Piñera. Parte del
exclusivo club de los partidos políticos y sus cúpulas capitalinas a punta de
dedo, designaron a un presidente de partido y a un diputado, en reemplazo de
dos senadores elegidos por sus regiones. Esa es democracia mi alma. The chilean
way a dedo y que jue. Lo curioso es que la reforma que permitió esta maravilla,
fue la misma que suprimió los senadores designados, es decir la vieja práctica
de la sartén por el mango y el mango también, aflora y se mantiene sin importar
cual sea el tipo de gobierno ni la época. En el pasado democrático al menos
existían las elecciones complementarias, que se realizaban en el mismo distrito
del parlamentario fallecido o imposibilitado de ejercer, donde el ganador de
los comicios asumía por el período restante.
Como lo hemos
comentado antes en este espacio, mientras se es de oposición se postula y
discursea de lo lindo, impulsando a concho la democratización y el poder
avanzar decididamente en materia de descentralización. Sin embargo cuando se
está en el gobierno los compromisos democratizadores y descentralizadores se diluyen,
pasando a pérdida, para variar las regiones y sus comunidades, que una vez más
se quedan chupando el dedo o al lado de afuera, mientras otros encumbrados
deciden por ellos.
Las cosas parecen
estar cambiando y, esperemos que sea para mejor, la gesta magallánica reciente
le ha devuelto el orgullo y ha elevado la autoestima de la gente de regiones,
el gas y su alza fueron un gatillante, la insatisfacción acumulada por décadas
así como las reiteradas frustraciones, han más que colmado el vaso. Y esto en Magallanes
no es nuevo, en un reciente articulo, el antropólogo Joaquín Bascopé, cita una
carta del siglo antepasado en que el gobernador de la colonia de Magallanes,
Diego Dublé Almeyda, tuvo la osadía de negarse a acatar el recorte de un
subsidio a los víveres. La decisión del gobierno central terminó entonces en
sublevación y desastre. Algo similar pudo haber ocurrido con la crisis del gas
en Punta Arenas, de no haber atinado el gobierno central a tiempo.
Pero el problema de
fondo no es otro que, la desconfianza de nuestras elites que nos gobiernan
hacia la gente de las regiones, creen en la democracia, la predican pero no la
practican con los territorios, que aun no pueden elegir a sus autoridades
regionales incluso manteniendo una figura arcaica como la del intendente
regional. Quien representa al presidente, en lugar de ser el representante del
territorio ante el gobierno central. El vacío de representación territorial
está dando bote hace rato, lo más probable es que la elección de los consejeros
regionales el 2012 se “dedocratice” sino se envía la ley a tiempo. Y como en
una crónica de un resultado anunciado, nuevamente las regiones y sus
comunidades serán las perdedoras del cuento. Una vez más los triunfadores serán
aquellos centralistas de siempre que creen más en la fuerza de su dedo, que en
los votos y opinión de los ciudadanos.
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