Pensar el futuro
Recientemente se
llevó a cabo en la capital el encuentro nacional de la empresa Enade 2010, que
organiza ICARE el Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas,
organización que surgió en 1953 cuando un grupo de visionarios empresarios
encabezados por don Eugenio Heiremans llegaron a la conclusión que, “para
triunfar ya no bastaba tener una buena idea, sino que era necesario tener
visión de futuro”. Más aun cuando el pasado, como lo dijo Sergio Melnick, ya no
sirve para predecir.
Las mejores
estrategias o planes de desarrollo son los que se basan en un ejercicio de soñar
e imaginar el futuro, esto no sólo hay que hacerlo carne en la empresa, sino
también en las organizaciones de cualquier tipo. No implementarlo, significa
dar demasiadas ventajas. Esto sirve incluso para encantar no sólo a los
clientes, también para provocar el talento de los emprendedores. Así se asegura
la innovación y el surgimiento de nuevas iniciativas que contribuirán al
desarrollo. Definir estos desarrollos y estrategias es clave para mantenerse
vigentes y todo deriva del ejercicio del pensar y repensar como será el futuro.
Hoy se esta pasando
de la Internet de las personas a la Internet de las cosas, Apple con AppleStore
y el I-phone, es el ejemplo típico, hoy con pequeños programas de distribución
electrónica a bajo precio, ha logrado fidelizar y enganchar a sus clientes. El
camino no es optativo, la aplanadora de la evolución tecnológica pasará por
encima de aquellos que se mantengan firme en sus posiciones.
El uso de la
tecnología y el comunicar hoy en día y, para lo que viene, es fundamental.
Tanto como entender e interpretar a los jóvenes, que son los que ya están
participando y definiendo activamente el futuro. Son ellos también, quienes
deben adquirir con mayor urgencia las competencias para saber comunicarse
adecuadamente, tanto en el contenido como en el envase tecnológico más
eficiente, en esto la TV Digital representa un desafío y una gran oportunidad.
Si las eras más importantes
de la civilización humana en el pasado lo fueron el Renacimiento y la
Revolución Industrial, ahora lo que se instaló con fuerza, es la masificación
del consumo, potenciado con la irrupción de China e India. Por lo tanto, las
espaldas son importantes, las empresas que hacen la diferencia son las grandes
y, todas las grandes empresas son tecnológicas. Las pymes pueden resultar
románticas y ser grandes generadoras de empleo, pero no son la solución en
innovación ni en investigación. Este proceso, en el cual el mundo ya está inmerso,
abre especiales perspectivas para los territorios emergentes, como lo son los países
latinoamericanos y regiones como la Araucanía. Una región que, presenta buenas
oportunidades, pero también mantiene
importantes desafíos en materia de competitividad. Con algunas debilidades a
superar, como lo es el que sus empresas, al igual que en el resto de Chile, mantengan
estructuras jerárquicas rígidas, que dificultan la cultura de la innovación al
interior de ellas y no permiten escuchar a la gente. Otra falencia lo es el bajo
nivel de confianza existente en la sociedad, al compararnos con otros países y
regiones, complejizado por la presencia/ausencia del pueblo mapuche. Todo lo
cual además, impide el trabajo cooperativo y produce una débil vinculación entre
la investigación universitaria y las necesidades de innovación de las empresas.
La sistematización
de la innovación haciendo de la misma una filosofía de acción, implementando un
modelo de gestión de la innovación con visión de futuro, resulta de fundamental
relevancia. Dicho en simple, innovación es cambiar el enfoque o la mirada y saber
convertir una anomalía en una oportunidad, transformando esto en una cultura
que seleccione las mejores y de mayor impacto, para ejecutarlas siempre a
través de un proceso de aprendizaje continuo.
Austral de Temuco
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