¿Quo vadis Argentina?
Es curioso y a veces inexplicable lo que sucede con nuestros vecinos de
Argentina, país que en lugar de progresar retrocede y se estanca
socioeconómicamente. Quien se imaginaría
que este país fue el granero del mundo y en 1928,
era la sexta potencia del orbe. En la década
de 1940 casi no tenía analfabetos y la población universitaria era de las más
altas del mundo. Entre 1945 y 1955 ocupo el segundo puesto en América,
después de EE.UU, con el 50% de todos los bienes de producción y consumo de América
Latina y el sexto puesto en el mundo, por todos sus indicadores de desarrollo. En aquella época, Argentina incluso construía
aviones supersónicos y automóviles 100% industria nacional.
Cuesta entender a esa Argentina, con la de hoy día, excluida de los
mercados internacionales desde su default del 2001 y donde la constante es la
fuga de dólares e inversionistas, así como la falta de confianza de su gente en
el destino del país.
Para tratar de entender lo que ha sucedido con este
país hermano, es útil analizar algunas expresiones de un par de sus escritores.
El historiador Horacio Salas,
autor de “El
Centenario, la Argentina en su hora más gloriosa”, expresa que en aquel
momento, al cumplir 100 años de vida independiente del país, “había una
certidumbre: la Argentina sería
potencia mundial; en el porvenir sólo cabía la grandeza”. Aunque no todo era
esplendor, según él, también se constataban señales preocupantes como, “un
sistema electoral basado en el fraude, la violencia del anarquismo, las feroces
represiones y el rechazo a los inmigrantes”, que también formaban parte del
período.
Asimismo al releer el libro de
Felix Luna, titulado “Breve historia de los argentinos”, es posible tantear una
explicación a algunas de la interrogantes que generalmente nos hacemos sobre
nuestros vecinos, con quienes compartimos una frontera larguísima que va desde
el desierto nortino hasta los hielos patagónicos australes. ¿De donde sale
tanta farra, corrupción, falta de seriedad y de compromiso de sus elites y
ciudadanía con el desarrollo de su país y su institucionalidad?
Según Luna en los inicios de la
nación, “el puerto de Buenos Aires,…estaba totalmente marginado y recibía
solamente los llamados navío de registro, autorizados especialmente a razón de
uno por año, o una cada dos años. Hubo incluso lustros durante los cuales
ningún navío de registro llegó desde España.”
“Así fue como los porteños empezaron a vivir del contrabando. Era la
única forma de sobrevivir.”
Buenos Aires de acuerdo a Luna, “seguía
siendo una ciudad muy pobre, prácticamente miserable; los extremos de la
indigencia en la que allí se vivía son de leyenda. La excepción era el pequeño
grupo de gente ligada al contrabando”.
Mas adelante agrega “la fuerza de
las necesidades era tan grande, que los porteños adquirieron la costumbre de
burlar la ley: sabían que así podían
vivir en condiciones mucho mejores, porque la ley era absurda en relación a los
intereses de Buenos Aires.” He aquí a lo mejor, una explicación a una cultura
nacional muy arraigada que tolera la maula, la corrupción y hace vista gorda
con el fraude. Así es muy difícil construir una nación que progrese en el
tiempo, mas aun en tiempos de globalización y gran competencia internacional.
De ahí la interrogante de esta columna, ¿Quo vadis (adonde vas) Argentina?
La Prensa Austral de Punta Arenas
El Libertador de Rancagua (22 feb 2014)
Austral de Temuco (02 mar 2014)
El Libertador de Rancagua (22 feb 2014)
Austral de Temuco (02 mar 2014)
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