Internet nuestra de cada día
A mediados de los
90 aparece por nuestro entorno la famosa Internet, esta partió con el correo
electrónico, que los gringos del Cuerpo de Paz con quienes trabajábamos en ese
entonces, usaban al revés y al derecho. Desde la navegación en el mundo www
hasta la eficaz búsqueda de Google y ahora, la interacción virtual via redes
sociales como Facebook y Twitter, que hoy la llevan. En esos días, dimos una
entretenida pelea con la ACUI Asociación Chilena de Usuarios de Internet, por la
tarifa plana para que las cuentas telefónicas no fueran impedimento para
navegar.
Al conocer del
libro de Nicholas Carr, “Superficiales ¿Qué esta haciendo Internet con nuestras
mentes?”, uno comienza a aquilatar lo que la Internet y su uso pueden llegar a
ser para la humanidad y su evolución. Según Carr, está provocando el que se
pierda el poder de concentración y la habilidad de pensar profundamente, con
atención y por uno mismo. Así la nueva generación, “no sabrá como poner
atención y no entenderá el rol de la introspección y el pensamiento
contemplativo.”
Aquí cobra vigencia
lo expresado por Mc Luhan, en cuanto a que los medios no son solo canales de
información, también modelan el proceso del pensamiento. Como el cerebro va
evolucionando, el peligro es que dejemos de usar funciones del cerebro y por
ende estos recursos del cerebro, se redestinen a otros usos.
Con las pantallas y
la navegación por Internet, ya no se lee de izquierda a derecha, ni de arriba
hacia abajo, los saltos entre link y link pasan a ser la tónica. Incluso para
muchos ya leer un libro se ha vuelto algo anticuado o superfluo, “cuando se ha
aprendido a ser un cazador experimentado en Internet.” Esta alienta la
multitarea, a ser rápidos y cambiar de foco de atención. Pero en el camino se
pierde la habilidad de filtrar distracciones e interrupciones y, mantener la
mente en una idea.
Internet es hoy
lejos el medio de comunicación e información preferido que cambio todo y el
cual no tiene precedentes en la historia. Y como lo expresa Carr, estamos en
una fase de transición entre dos formas muy diferentes de pensamiento, dejando
atrás lo que Karp denominaba, “nuestro viejo proceso lineal de pensamiento”.
Que está siendo desplazado “por una nueva clase de mente que quiere y necesita
recibir y diseminar información en estallidos cortos, descoordinados
frecuentemente solapados, cuanto mas rápidos, mejor.”
Hoy y cada vez más,
hay que estar en la última tecnología y tratar de meterse en todas las que
salen. Las redes sociales son la novedad misma y muchos se resisten, pero al
ver su utilidad, se suman. También hay que tener presente que estas “definen
vidas más mediatizadas y expulsan elementos de uno mismo”. ¿Cuáles serán las
que triunfarán en el futuro o como se decantará el tema? ¿Como nos
relacionaremos con la tecnología (laptop, celular, IPad) y, hasta donde uno
acepta que lo invadan?, son temas claves del futuro ya cercano. Habrá que
buscar que esta no altere la esencia de uno mismo. Que sea útil pero que no nos
esclavice ni atormente.
El desafío es
buscar el equilibrio entre el estar siempre conectado, poder escoger lo que
realmente sirve en materia de tecnología así como de aplicaciones, de modo que
sirvan para un mejor desempeño profesional-laboral, que por supuesto sea
compatible con una vida familiar y social, no sólo virtual, sino en lo posible
presencial, que sea sana y entretenida.
Así como el
pensamiento lineal fue necesario para abordar el desarrollo en la tierra, hoy
quien sabe si, gracias a la Internet y al cambio que está provocando en
nuestros cerebros y la interacción social de la humanidad, estamos pispando o
descubriendo las bases de un nuevo pensamiento. Que nos permita activar y
conocer, otras múltiples funcionalidades de nuestro cerebro, que hoy ni
siquiera podemos definir. A lo mejor esto nos permite iniciar el proceso de
entendimiento de la trascendencia o del desprendimiento del hombre desde lo
físico hacia una mayor espiritualidad.
Austral de Temuco
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home