martes, abril 15, 2003

Descentralización

(Austral Temuco 15 abril 2003)

Hace tres años se inició esta columna con el ánimo de poder colaborar a difundir la descentralización y un sano espíritu regionalista en la comunidad regional, por lo tanto es útil poder hacer un balance del proceso descentralizador en este período. Para reflejar este recuento sólo se analizará algunos eventos relativos al liderazgo político regional y ciertas actitudes del centralismo presente en el país.

Aun no se cumple el compromiso de todos los sectores políticos de permitir a las regiones elegir sus autoridades regionales, en cambio se acaba de producir un nuevo cambio de intendentes que en el caso de la región de Valparaíso logro batir el record, 4 intendentes en 3 años de gobierno. Mientras no exista confianza en los territorios y el liderazgo autónomo de su gente, el país seguirá perpetuando un desarrollo desequilibrado que posterga a las regiones concentrando todo en la capital.

Los diputados a través de la comisión encargada, acordaron aprobar la instalación de casinos de juegos en Santiago, con lo cual han echado por la borda el primer desincentivo a la concentración metropolitana, lo que habría sido un hito en la historia política nacional, al permitir que se instalaran casinos solo en regiones, entregando así una señal poderosa al país. El sistema político nacional es perverso pues los propios representantes de regiones fomentan y contribuyen al centralismo.

El rector Riveros de la U. de Chile acorralado por el caso Gate-Ciade en una carta pública a sus académicos, “reclama enfáticamente del Gobierno de la República una solución definitiva a la situación de las universidades estatales.” Para exigir soluciones al Estado se viste con las demás universidades, fundamentalmente regionales, sin embargo a la hora de recibir los cuantiosos recursos de los contratos privilegiados, la única que cosechaba era “la Chile”.

Mientras tanto el People Meter sigue midiendo solo 450 hogares santiaguinos y aun no se amplia la muestra a regiones, ya que significaría mayores costos para las estaciones de televisión y las agencias de publicidad. Las regiones no cuentan ni para participar del rating solo sirven para consumir lo que a un pequeño grupo de capitalinos les gusta.