domingo, julio 12, 2009

Llegó la hora

Llegó la hora

La elección presidencial y parlamentaria, representan una oportunidad para las regiones y sus planteamientos, sin embargo para revertir la relación de dominio central sobre las sociedades regionales, no basta con volver a desplegar el pliego de medidas y comprometer a los candidatos frente a la prensa, ya que igual no los cumplen. Nos han hecho huevo pato, hasta el cansancio, de una vez por todas hay que decidirse y actuar todos juntos, las gentes de regiones en pos de un país distinto. Un país que se piense y se diseñe desde las regiones, las elites centrales no lo han hecho bien y es necesario relevarlas, potenciando los liderazgos auténticamente regionales, con testimonio de vida y arraigo en los territorios.

La fuerza regional ya ha dado pruebas de coordinación transversal y éxito cuando se propone  causas justas y objetivos alcanzables, la votación en el Congreso en abril del 2003,  que impidió que en Santiago se instalaran casinos y la reciente instauración ciudadana del 31 de marzo como el día de las regiones celebrado por primera vez y simultáneamente en 15 regiones y 17 ciudades, son dos ejemplos que señalan un camino claro.

Basta de seguir las pautas que nos mandan las cúpulas nacionales de todo orden, que nos tienen acostumbrados, como máximo, a aspirar a parches de una institucionalidad centralista que nunca dará el ancho y a desempeñar roles de subordinación o sometimiento, crudamente retratados con los intendentes designados y el escaso peso que tienen en el concierto nacional.

Hay que aprender del fenómeno Enriquez-Ominami y atreverse a provocar a los jóvenes de Chile, para que en todas las regiones se pueda iniciar un gran movimiento pro derechos e igualdad de oportunidades para todos los habitantes del territorio nacional, que culmine en una gran primaria de candidatos regionalistas a presidente provenientes desde el norte grande pasando por el centro y llegando al sur profundo.  Esto nos permitirá, si las regiones se atreven, por un lado, difundir nuestra justa propuesta convocando y provocando al país entero, aprovechando los medios nacionales tan centralizados y, por otro, encantar a quienes hoy están alejados de la política ante la ausencia de banderas de lucha que los motiven.


Es hora de asumir el protagonismo que Chile reclama de los líderes regionales, basta de recoger migajas de lo que es políticamente aceptable bajo la cultura centralizada. El país puede contar con las comunidades regionales para enfrentar desafíos mayores, construyendo una nación descentralizada, justa y equitativa, donde las decisiones y recursos se administren cerca de la gente. Donde las gotas de agua lleguen a las distintas personas y realidades regionales y, no se sigan quedando a lo largo de la manguera. Las regiones a las grandes ligas, entre todos se puede.

Diego Benavente M.
Diario El Sur