lunes, octubre 27, 2008

Bielsa.cl

Bielsa.cl

El proceso experimentado por la selección de fútbol chilena es interesante debido a los distintos cambios que se aprecian en los futbolistas, entrenadores, dirigentes y en su impacto en la comunidad toda, especialmente al compararlo con los procesos anteriores, donde la improvisación y la farándula campeaban. Estos cambios pueden extrapolarse a otros sectores nacionales, como por ejemplo la política, que acaba de cumplir un ciclo electoral con los comicios municipales y que se adentra en las presidenciales y parlamentarias del 2009.

En este sentido, es útil analizar como se han ido instalando una serie de valores y competencias en los distintos integrantes del plantel nacional, las cuales antes brillaban por su ausencia o no se les otorgaba la relevancia que deben tener en procesos de este tipo. Uno queda asombrado al ver la gran capacidad de recuperación que han demostrado después de las derrotas o al dar vuelta resultados adversos, todo lo cual va en directa sintonía con una entrega a todo dar, donde se corre a un gran ritmo a lo largo de todo el partido. Atrás quedaron las explicaciones en cuanto a que nuestros jugadores no daban el ancho para este tipo de performance. Solo se necesito un entrenador ordenado, reservado y disciplinado que ha sabido motivar y encauzar al grupo en pos de metas claras.

No hay figuras ni privilegiados, muy por el contrario todos son obreros y se esfuerzan por igual con una entrega digna de admiración, subiendo y bajando sin importar la posición que puedan tener. Aún más, el repetitivo surgimiento de aquellos que antes parecían postergados o no brillaban, le otorga al proceso una singularidad democrática de gran valor, al generar un espacio de oportunidades para todos aquellos que se esfuerzan en pos del trabajo en equipo. El nosotros se conjuga con fluidez y es siempre más importante que cualquier individualidad por muy sobresaliente que esta sea.


Se aprecia gratamente una férrea disciplina dentro y fuera de la cancha, el fair play impera y a la hora de hablar solo se escuchan frases sencillas maduras y moderadas. Un discurso único que busca construir y el cual todos practican disciplinadamente. Muchas de estas lecciones sirven para la sociedad nacional y serán de gran utilidad para los nuevos equipos de concejales y alcaldes que inician su período de servicio público para motivar e integrar a sus comunidades en un trabajo mancomunado que permita hacer progresar a cada comuna. Entre todos se puede y es más entretenido.

Diego Benavente Millán
Publ. 12 nov 2008 Austral Temuco