Chacabuco
Chacabuco
La última tragedia que afectó al Ejército producto del fatal accidente que
costo la vida a gran parte de la banda instrumental del regimiento Chacabuco de
Concepción, al despeñarse el bus en que viajaban en el puente Quelen Quelen
sobre río Tucapel, a 8 km de Cañete y en camino a homenajear a la ciudad en su
aniversario, nos impacto sobremanera. El recuerdo de nuestro paso por sus
cuarteles como conscripto haciendo el servicio militar el año 1971, se hace más
vivo con el dolor por la tragedia experimentada y hace que vuelvan a nuestro
recuerdo los acordes de aquel himno institucional: “Paso al regimiento hijos de
la gloria, paso al Chacabuco que marcha a la lid, paso al Chacabuco que va la
victoria, pues sabe tan solo vencer o morir…”.
Sin duda estos valientes soldados dejaron muy en alto el espíritu del
regimiento y honraron lo que reza el himno, así como el juramento militar y a
su bandera, cumpliendo con el deber de estar en tantas jornadas engalanando
ceremonias con su música y marchas, apoyando a las comunidades locales mas
apartadas. Esta es una labor noble del Ejército y sin duda muy poco difundida,
pero muy valorada por quienes viven alejados de los centros urbanos mas presentes
en la noticia diaria.
Son múltiples los recuerdos que se nos vienen a la mente de nuestra época
en el Chacabuco, donde juramos la bandera junto a un grupo de estudiantes que
aprendió a conocer y querer a su regimiento, siempre acompañados con la música
de los ensayos de la gran banda, la que tocaba mientras hacíamos punta y codo o
estábamos de imaginaria. Parte de la letra del himno chacabucano se presta como
un postrer homenaje a estos valerosos y dedicados militares-músicos: “Ante el
estandarte de la patria entera se nublan los ojos de amor y valor, por eso es
que nunca se arrió la bandera, no de arriarse nunca mientras viva yo”.
Diego J. Benavente Millán
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