La política pendular

Nuestra política centralista se ha caracterizado, tanto en el pasado como en algunos de los acontecimientos de los últimos tiempos, por su evolución pendular, de tipo blanco y negro, muy lejana a la construcción de grandes acuerdos. Así lo fue en el pasado, cuando cada gobierno que llegaba borraba lo que el anterior había construido para poder implantar sus nuevas ideas. Hoy en día las diferencias entre los políticos de uno y otro bando, en lugar de buscar acercar posiciones, las extreman y tratan de dilucidar involucrando a la justicia. En el pasado reciente se llegó al extremo de involucrar a las FFAA.

Para dar el paso decisivo como sociedad hacia la modernidad, se requiere legitimar y orientar hacia las personas la política, la justicia y la economía. En este sentido, como metodología de trabajo, más que grandes acuerdos es la hora de olvidar los grandes desacuerdos.

Para llevar a cabo lo anterior, es necesario valorar y anteponer la participación y la transparencia, dejando atrás la oscuridad de las decisiones cupulares que se toman entre cuatro paredes. Asimismo se debe mantener una adecuada separación entre la norma jurídica y los intereses politicos, para evitar distorsiones. Las personas, empresas y territorios, donde quiera que se ubiquen deben contar con real igualdad de oportunidades. Esto significa una defensa justa de los consumidores, así como un codigo de buenas practicas comerciales y un tribunal de la libre competencia, que funcionen a cabalidad respetando y valorando la diversidad territorial como un gran activo país.

La visión de ciudad-sociedad y nucleo cerrado estrecho y limitado, ya no sirve para una sociedad moderna donde la información fluye y las personas adquieren cada vez más protagonismo, no importando donde estas vivan.

Es necesario enfocar el desarrollo nacional hacia una vision de diversidad territorial donde se piense discuta, proponga y gestionen con autonomía iniciativas, negocios y proyectos que aprovechen las potencialidades de las regiones y su gente. Ya viene siendo hora de tomar en cuenta y de aprovechar el esfuerzo y creatividad de todos los actores.

Se debe caminar hacia otra sociedad, más amplia, diversa y expandida en el espacio territorial, conformada por multiples sociedades regionales y locales conformadas además con la importante contribución de colonos capitalinos que queman sus naves y se la juegan con sinceridad por sus nuevos terruños.

Para avanzar de una manera más eficiente, es posible fijar una pauta de acuerdos del Chile que se quiere, con lo cual también se consigue aprovechar la energía liberada en las rencillas inutiles de la dinámica pendular. Algunos de los acuerdos podrían ser:

- Un justicia independiente, autónoma e igual para todos sin importar la vinculación que se tenga con la autoridad, la política o el dinero.

- La Educación como una tarea primordial de todos, pero en la acción descentralizada y con los incentivos adecuados, ya basta de diagnósticos.

- Modernizar y descentralizar de verdad el Estado.

- Codelco privatizada o pública pero con una administración autónoma eficiente

- Construir sociedades territoriales participativas, con un cambio de actitud, que permita mirar el país desde el punto de vista, de la gente y no de solo unos pocos.

En este camino de sociedad acordada, sera posible cambiar la política pendular, pero impuesta transversalmente cual patron de fundo o viejo pascuero, que llega a los territorios a imponer candidatos y regalar promesas, por una donde las personas y sus territorios se sientan parte importante del juego democrático y responsables de su propio futuro.