martes, abril 12, 2005

Falta tiraje

Al pasar frente a un kiosko centrico de la ciudad, mire las portadas que exhibía la prensa, sobretodo aquellas publicaciones que usan la portada completa con alguna fotografía de los líderes de turno. Allí en primer plano, frente a mí estaban nada menos que Pinochet con sus lentes oscuros y la Gladys Marin, ambos en distintos medios a toda portada. Me quede pensando, esa misma escena podría corresponder perfectamente a una de hace 30 o más años atrás. Al comentar con los contertulios del café este hecho y repasar la historia política, tratamos de recordar quienes eran los presidentes o políticos top de EEUU, Inglaterra o Alemania, en esa época. Después de mucho elucubrar, llegamos a Nixon y pare de contar. De hecho, no encontramos ningún otro país donde los políticos se mentuvieran tanto tiempo aferrados al poder como en el Chile centralista y concentrador.

Como lo expresaba hace algunos años en la prensa regional el entonces alcalde de Temuco René Saffirio, “los mismos actores de hace 50 o 60 años atrás, son los actores que siguen decidiendo”. Y mas aun, siempre obedecen a la misma vertiente territorial, sin importar de que sector político provengan. Chile es en pocas palabras, un país donde el tiraje político no existe, el poder político, económico y social, se lo reparten, al igual que las oportunidades de cualquier tipo, entre muy pocos. Sin duda, esta es una de las principales explicaciones del porque las cúpulas políticas centralistas no quieren la elección de los intendentes y consejeros regionales. Para que, si el país se puede manejar mejor así, sin mar de fondo y nadie revolviendola o sublevando a la gente, con planteamientos regionales.

Con razón los jóvenes no ingresen a la política, no vale la pena, no se valora el arraigo por el terruño que los vio nacer, ni tampoco se la pueden jugar por defenderlo con la legitimidad que se requiere. A lo más, pueden aspirar a ser cuidadores de potrero o parcelas teledirigidas por los iluminados que pertenecen a las familias o clanes capitalinos aferrados transversalmente al poder.