martes, noviembre 04, 2003

Dos mundos

Al observar la realidad del país, puede concluirse que hay dos mundos distintos; uno, el de la macropolítica mediática, que tiene su origen y centro en la capital; allí se concentra el poder y se detonan los grandes conflictos, como lo hemos podido apreciar con los últimos acontecimientos. Mucho poder acumulado en pocos metros cuadrados de la capital, hacen que el canibalismo político se de con tal truculencia, no solo entre rivales, sino también entre aliados y compañeros de partido, permanentemente.

En cambio, en regiones existe otro mundo, aquel que da cuenta de una vida sencilla sin mayores aspavientos comunicacionales y donde las relaciones entre los distintos actores, incluso entre los políticos, se dan en un clima de especial fraternidad. Pero el grave problema del país es que quienes llevan el pandero o articulan la agenda pública, son precisamente aquellos que están en el primer mundo, los que se sobrexponen y reaccionan como pueden frente a la presión de los medios.

No hay que ser gran adivino para saber, que la cosa, tal como está, no esta resultando bien y lo mas probable es que a futuro nos lleve, si seguimos así, a situaciones cada vez peores. Es necesario, que los mas descontaminados puedan asumir el control de las situaciones y con su cabeza más fría, que la de otros, puedan encauzar nuestra política por caminos de encuentro y no de permanente conflicto.

Ya viene siendo hora que los políticos de regiones se crean el cuento de que son capaces y en lugar de sumarse al estilo capitalino de la lucha por el poder, con su “experiencia provinciana” de convivencia sana, asuman roles protagónicos cada vez mayores en los distintos partidos y escenarios nacionales.

Las regiones y su gente, en distintas áreas y sectores, son la reserva moral del país y por ende tienen la responsabilidad de asumir la gran tarea de generar las condiciones que permitan al país tomar la senda del desarrollo armónico y equitativo que todos sus habitantes se merecen.

Diego J. Benavente Millán